Mejor postor.

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¿Si les mencioné que no me cae bien Bruce? en el cannon siempre ha sido “buen" héroe, mal padre. Tampoco hay que culparlo, quiero a Dami, pero no fue el hijo más esperado. Así que en este fic Damian simplemente se rindió y se deslindó de Bruce y Talía, ya no los necesita como padres. Es todo.

Nota: recuerden que todos ya son jóvenes-adultos.

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Tocó el interfón de la mansión esperando que le recibieran, no se coló por la batcueva por esa ocasión para no molestar a los habitantes, queriendo ser formal.

Le respondió la voz de Richard, que en cuánto lo reconoció le pidió que pasara. Jonathan recorrió el camino largo hasta adentrarse dentro del edificio. A primer instancia no le sorprendió encontrar a los hermanos discutiendo.

Al acercarse para husmear terminó divertido: ¿Quién discutía por el turno de lavar los platos? Sólo ellos. Ahora que Alfred estaba en reposo absoluto por el alta médica del hospital, decidieron tomar su lugar y encargarse de sus labores, no contratarían a un desconocido y le contarían sus secretos.

Lastimosamente no eran tan buenos para tareas del hogar en un lugar de gran dimensión, con tantas habitaciones y huéspedes que no podían organizarse, también afectaba que todos debían y tenían otras responsabilidades.

Bruce, como el adulto no independiente necesitó ayuda para sobrellevar sus tareas nocturnas. Y el más apropiado -con mas paciencia- fue Richard, ganando por default el puesto.

Timothy y Jason se encargaron de la cocina, Damian y Cassandra de mantener el orden y la limpieza. Stephanie y Bárbara de cuidar al convaleciente las 24/7. La otra parte de la familia visitaba y no permanecía en la casa.

Casi como un reality show donde los integrantes fingían que no se querian matar y debían mantener la paz.

O así fue cómo le explicó Damian a Jonathan su ausencia notoria. Apenas hablaron un par de veces en dos semanas.

–Ok, pero hay algo que estás evitando contar. No creo que no hayan salido para nada – Kent siguió dudando de la veracidad de los hechos.

–Bien, esa no es la versión real. Tenemos permitido salir siempre y cuando sea el deber el que llame.

Wayne sonrió nervioso, sabiendo que eso no lo calmaría.

–¿Y Robin? No te has puesto la capa en semanas, un mes, para ser exactos. Dime la verdad – dedujo aún desconfiando, no le cuadraba –. ¿Es algo grave? Si no puedes contarme lo entenderé, disculpa por ser insistente.

Damian le tomó de la mano para llamar su atención.

–Es vergonzoso.

Lo dicho logró ponerlo nervioso, Jonathan apretó el agarre de sus dedos, aplastando la mano de Wayne.

–No sucederá.

Los segundos de silencio del petirrojo fueron señal de premeditación.

–Estamos compitiendo, no sé cómo llegamos a eso, pero resulta que el último en permanecer en la mansión es por lógica el que más aprecia a Alfred – lo explicación sonaba irreal. ¿Competir por demostrar un punto y cariño? –. Es estúpido cuando lo digo en voz alta.

La mente de Jonathan se transportó a una escena por demás cómica, probablemente el primer día en alguna merienda, habían decidido las reglas y el premio.

No tan complicado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora