Capítulo cuatro

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Rio junto con ellos mientras se paraba para darle la mano a Eren.

—No te preocupes sé convivir con una persona que tiene toc será sencillo.

—Bueno, llegó mi hora, debo ir a cuidar a mi esposo.

Se acercó con Eren hasta la puerta y se despidió de él, solo hasta ese momento se dio cuenta que otra vez esa casa se sentía llena después de 3 meses en soledad, llegó hasta donde Zeke otra vez.

—Bueno, mh, si quieres te muestro la casa, realmente no es tan grande como aparenta.

Le fue mostrando la primera planta de la casa.

—En la planta baja simplemente tienes la sala de estar, la cocina, esa puerta que está al fondo y la derecha es el garaje, ahí mismo en la cocina está la lavandería.

Se movieron a las escaleras que estaban casi enfrente de la sala de estar.

—La habitación que se ve de última es la principal, es la mía. Si necesitas algo no dudes en tocar no importa la hora. La que está a la derecha es un pequeño estudio donde trabajo y esta es la tuya.

Se movió para abrirle la puerta no era tan grande pero podían caber a la perfección ellos dos. Zeke no era un hombre tan grande y un bebé recién nacido no necesitaba tanto espacio.

—¿Qué te parece?

Zeke estaba maravillado con esa casa, se parecía a la suya, con la excepción de que había muchos retratos de ese hombre tan lindo.

Terminó por ver su cuarto y vaya que quedó más que conforme, era bastante linda y tenía un hermoso aroma.

—Se lo agradezco, personas como usted valen oro. —dijo.

Ingresó a la habitación con el bebé, lo puso en el medio de la cama y lo rodeó con almohadas, después se acercó a Erwin.

—Le prometo que no voy a traer problemas. —le tomó la mano— hasta que consiga trabajo y pueda pagarme los estudios.

Erwin juntó sus manos y le sonrió.

—No te preocupes, esta casa es demasiado para una sola persona y no iba a dejar que se murieran ahí en la calle.

Se quedaron viendo por un momento, hasta que Erwin decidió por el mismo terminar el contacto.

—Bienvenido, en serio no te preocupes.

Tocó su hombro y decidió salir de la habitación a la suya, al llegar se encerró para acostarse en la cama tomó la retratera que estaba en su mesa de noche.

—Levi tengo muchas cosas que contarte, mañana te visitaré tal vez te lleve té y galletas. —se llevó el cuadro a su pecho y cerró los ojos por un momento.

Por su parte, Zeke estaba en su habitación ¿Que era eso que acababa de pasar? Un contacto cómodo. Sacudió su cabeza para sacar algunos pensamientos que tenía.

Se dirigió a la cama en donde estaba el bebé y lo observó, si su vista no le fallaba, el bebé era idéntico al padre.

—Eres un bebé muy bonito. —dijo con un brillo en sus ojos— Ay hijito, tu papi nos mandó un ángel para que nos cuide, él no nos olvida.

Con cuidado, Zeke se acomodó en la cama, al lado de su pequeño, cubriendo su cuerpo el del bebé para que no tuviera frío.

—Descansa mi niño.

Al otro día, Zeke ya estaba despierto, pasando la aspiradora por el living, ya había ordenado su habitación.

Johan estaba en su portabebé, viendo sus pequeñas manitos y algo inquieto por el ruido.

Are You My beloved boy? {ErwinxZeke} #mercury2022-2023Where stories live. Discover now