Una muerte dos despedidas.

13 6 7
                                    


Era 20 de Febrero de 1999 todo había vuelto a la realidad relativamente en mi casa; yo acepte la realidad y ya veia a Federico como mi padre, ese día lo llamaron desde la casa de Didier un hombre diciendo:

—Tenemos secuestrados a los Kante, sino quereis que mueran enviad a alguien o venid tu mismo Federico sin policias o te enviare los cuerpos picados en trocitos.

Mi tío se puso pálido y llamo a un amigo que era un ex policía experimentado y se fue con una pistola en mano; yo quería ir así que tome un cuchillo y me subí en la cajuela del auto sin que me vieran ya que estaba abierta además mi madre no estaba.

Se estacionaron a unas 2 casas de la de Didier; yo baje de la cajuela con el cuchillo en mano y comencé a correr a casa de Didier.

Escondí el cuchillo en mi bolsillo, mi tío me vio correr y trato de atraparme pero no pudo, toque la puerta y salió un hombre moreno y le dije:

—¡Buenas tardes señor se encuentra Didier!

—¡No! ¡Vete!

Allí saque el cuchillo y se lo clave en el muslo izquierdo además lo patee en los granos.

Pasé a la casa de Didier y los busque; abrí la puerta de la habitación de él y un secuestrador que estaba allí me noqueó por unos minutos, cuando desperté me encontraba atado en una silla.

Había un silencio perturbador que duró 5 minutos, se escuchó un sonido como la caída de una puerta y disparos, seguido de un grito de dolor.

Yo tenía miedo no sabía que pasaba, comenzaron a sonar las sirenas de carros de policíacos allí entro mi tío y me desato; al salir de esa habitación vi en el piso de la sala con los cuerpos de los secuestradores pero no sabía que había pasado con Didier y su madre.

Afuera había muchos policías y una ambulancia yo quise saber en qué estado se encontraban los Kante pero mi tío (mi papa) me dijo:

—¡No vas a ir a ver nada!

—¿Por qué? Mi amigo podría estar muerto.

—¡Tú también!... Y no digas más nada estoy molesto contigo hablamos en casa.

El chofer me agarro la mano y me subió al carro yo intente salir del auto pero no me dejo, manejo a unos 80km/h y me dejo en casa al llegar allí mi madre molesta me dijo:

—¿Qué te pasa? ¡Podrías haber muerto!

—¿Y qué? Mi vida no es tan importante.

—¡Claro que sí!... Eres mi hijo mi primogénito y no sabes cuánto te quiero y no quiero que te pase nada.

—¡Si haz tu drama de madre amorosa y preocupada! ¡Te ves ridícula en ese papel estúpido!

Mi mamá lloraba y me gritaba lo siguiente:

—¡Que te he hecho para que te expreses de esa manera y te burles de mi preocupación por ti!

—Nada por eso te desprecio porque no has hecho nada por mí.

Subí a mí habitación cerré la puerta para que nadie pasara sin tocar; estuve 2 horas viendo TV hasta que llego mi papá que subió y me dijo:

—¿Por qué carajos te arriesgaste de esa manera?

—¡No debo ni quiero explicarte nada a ti déjame en paz!

—¡Que maldita mierda te pasa Stephen!... Ya me canse de tus respuestas insultantes, de que quieras hacer lo que te plazca yo no tolerare más putadas estoy harto.

—¿Y qué me vas a hacer?

—Voy a enviarte cuando cumplas 17 a un internado juvenil en España.

—¡Ja, me das risa!... Estas harto de mí pero esperaras 3 años para enviarme a España.

Allí lo empuje y le cerré la puerta en la cara; justamente lo llamaron diciéndole: "La señora murió, pero el chico esta fuera de peligro... Es triste pobre chico".

Yo no lo podía creer la Sra. Kenia había fallecido y Didier ¿Qué pasaría con él? ¿Quién lo cuidaría? Me sentía mal mi vida y la de él se estaban cayendo a pedazos; Franchesca no me quería, Álvaro ya no era mi amigo, mi madre no me quería y mi padre se desharía de mí llevándome a un internado además probablemente no vería más a Didier pues le habían dado un tiro a su mamá quien era la única persona con quien contaba.

Fui a casa de Didier y al llegar allí vi a mucha gente, algunas personas murmuraban lo que le había pasado a la Sra Kenia y otros sentían pena por mi amigo, yo toque la puerta de su casa, había dentro lo que parecía una familia y algunos policías.

Yo estaba un poco confundido, por lo que sabía los Kante no tenían familiares en Italia; le pregunte a una señora de piel morena quienes eran esas personas y que hacían allí a lo que respondió:

—Son los familiares de los Kante, que han venido al funeral de Kenia.

—A ok, gracias señora.... ¿Y me puede decir que ha pasado con Didier?

—Si el chico está en el hospital hoy le dan el alta médica.

Yo me fui con el chofer a casa aliviado porque Didier estaba bien pero triste pues la Sra. Kenia murió, al llegar a casa mi padre me regaña pero ni le preste atención.

Pasaron dos días para que entregaran el cuerpo a la familia y en el funeral acompañe a mi amigo en su dolor y lloré pues ella era una gran señora, mujer y madre.

Transcurrieron 2 meses era 17 de Abril de ese mismo año mis padres se sentaron conmigo para decirme:

—Iras a Sevilla, España y entraras a un internado llamado St. Mary.

—¿Y cuándo me iré de esta mierda?

—¡Deja los insultos estúpido niño!

—¡Claro otra vez se deshacen de mí!

—¡Cállate y escucha! Te iras el viernes 20 de este mismo mes.

—¿Qué? Solo me quedan 3 días en Italia.

Yo aproveche ese día y fui a Milán visite algunas galerías de arte y volví a las 9:30pm a Bellegra; al día siguiente visite a Didier a quien en 2 meses no visitaba pues me sentía el culpable de lo que le paso a su madre hable con él y le dije:

—¿Cómo estas amigo? Tiempo sin vernos.

—Bien ¿Y tú? ¿Porque no habías venido?

—Bien; me sentía un poco culpable por lo muerte de tu mamá.

—Tranquilo...

Suspiró y me dijo:

—Las cosas pasan por algo Dios quiso que mamá este con él.

—Pero bueno... A lo que he venido es a decirte que me voy de Italia mañana y quiero disfrutar mi último día aquí, con mi mejor amigo.

Al decirle eso, él le pidió permiso a su abuela para salir y fuimos con el chofer a dar un paseo por Bellegra por última vez, había vivido aquí por 6 años y ahora debía despedirme de ese hermoso lugar, además de todo lo que tenía allí; al caer el atardecer a eso de las 6:30pm llevamos a Didier a su casa y nos despedimos:

—¡Ciao! Has sido mi hermano, mi amigo, mi apoyo... Sin ti este tiempo en Italia hubiera sido un horrible pero me enseñaste muchas cosas amigo eres el mejor... Esto no es una despedida es un hasta luego ¡Te quiero Didier!

Comenzamos a llorar y me fui sintiéndome mal, me despedía de la única persona en Italia que siempre estuvo conmigo en las buenas, en las malas y en las peores.

Cuando mí luz se apagó. ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora