22. Un reencuentro esperado.

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En Septiembre de 2003 con 18 años decidí volver a Sudamérica pero esta vez para vivir en Buenos Aires, Argentina llegue a ese país sin tener recaídas en el alcohol o las drogas desde el año 2002. Con solo 7 mil euros que era todo lo que me quedaba pues el chofer me había estafado y además ya no me interesaba el dinero, mi vida estaba hecha mierda.

Alquile un apartamento en Palermo y comencé a vivir allí, por una semana no hable con nadie hasta que llego una joven argentina de piel blanca, cabello rojizo y ojos azules tocando mi puerta y dijo:

—Hola disculpe mi intromisión pero usted no ha salido de aquí durante una semana.

— ¿Quién eres tú?

— ¡Perdón por no presentarme! Soy Antonella Martínez vivo en el apartamento de arriba.

—Yo me llamo Marcos que pase buena tarde...

Espere por favor no cierre la puerta quiero hacerle una pregunta.

¡Que sea rápido no tengo mucho tiempo!

¿Usted de donde es? Pues no parece argentino.

¡Soy de no es tu problema, adiós!

Le cerré la puerta en la cara y me fui a acostar, no estaba de humor para hablar con alguien pero tenía un poco de remordimiento por haber tratado así a esa muchacha así que a las 7pm compre un pastel y un regalo, subí a su apartamento toque la puerta y le dije:

— Hola...

— ¡Hola que quiere si viene a tratarme como lo hizo en la tarde devuélvase por donde vino!

—No, no es eso vengo a ofrecerle una disculpa por el desplante de esta tarde de verdad lo siento mucho... Traje esto para compensarlo; pero si usted quiere yo me voy.

—No tranquilo, pase si quiere.

Nos sentamos y comimos pastel después de eso ella me dijo:

— ¿Quiere beber champaña?

—No gracias no tomo.

— ¿Por qué?

Allí le conté entre lágrimas lo que me había pasado pues desahogarse con un extraño me resultaba fácil y le dije la verdad que no me llamaba Marcos si no Stephen.

— ¡Que triste historia!

Me fui de allí feliz y pensando en volver a verla pero esta vez tenía que hacerlo bien, al dia siguiente fui a mi casa y la invite al cine vimos la película "Millon dollar Baby"; comimos en un restaurante llamado "Eating with music" el cual tenía por temática que después de comer los clientes debían bailar, allí estuvimos por unas 2 horas y volvimos a su apartamento, ya en el comenzamos a besarnos, ella me pregunto:

— ¿Traes condones?

— ¡Si!

—Pues deséchalos.

Me quito el pantalón agarro los condones y los tiro por una ventana. Yo le quite el pantalón suavemente para masajearla introduje mis dedos en su genital y comencé a penetrarla con ellos allí ella comenzó a gemir y me pidió que la besara lo más lento posible por todo el cuerpo además que cumpliera su fantasía sexual de ser llenada por completo de chocolate le hice el deseo realidad y seguí en el acto, al terminar me fui de allí a dormir.

Desde ese día nuestros encuentros comenzaron a ser más seguidos y en ellos me pedía que la complaciera con sus deseos más locos como vestirme de pingüino o verter jugo de naranja para beberlo de su cuerpo, un día me canse y le dije:

Cuando mí luz se apagó. ✅Where stories live. Discover now