Capítulo 10

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Acciones del pasado .

Payton

—¡Noooo!

—¡AHH!!!

—¡Mamá!

—¡Hijo!

Un escalofrío recorre completamente mi cuerpo, el sudor me empalaga, la respiración se me corta y el pulso se acelera con el pasar de los segundos.

Causando que rápidamente me levante agitada de la cama con el camisón empapado por el sudor de mi cuello.

Intento calmarme pero el ataque de ansiedad no se detiene, al contrario, se intensifica, cada vez me quedo sin menos aire y lo único que quiero es salir de esta pequeña habitación de cuatro paredes.

Me quedo sin aire.

Necesito salir de aquí.

Ahora payton.

Intento acercarme y salir corriendo, pero cada paso que doy pesa mil toneladas, impidiéndome caminar como es debido. En poco tiempo siento como mi cuerpo se vuelve tenso y el sudor frío comienza a caer sobre mi frente.

—Necesito...—murmuro ansiosa— aire.

Siendo una punzada al corazón lo suficiente para hacerme tropezar con la mesita de noche que se encontraba al costado de la cama. Dejando un pequeño raspón en mi muslo mientras intento acercarme a la ventana.

Que abro fácilmente con mi mano cuando siento como la vista se comienza a nublar, empezando a ver todo negro en pocos segundos.

—"¡Te mereces esto y mucho más por hija de puta!"

—"¡Eres un Demonio! ¡Vete al infierno!"

—"¡Pudrete!"

El dolor en mi cabeza me hace poner ambas manos alrededor de esta, intentando de detener este sufrimiento que me está matando.

Pero tal dolor no se detiene, aumenta rápidamente y lo único que quiero es que se detenga ya que duele, y mucho.

—¡Para ya!—grito entre sollozos.

Recostandome en la pared donde está la ventana, pero aun así sin poder moverme, no me lo permito. Las piernas me pesan y el dolor en mi cabeza no para.

Pero es hasta ese entonces que siento dos manos posarse sobre mis hombros, acercándome a su torso, dónde me permito reposar la cabeza que está apunto de estallar. Apretando mi puño sobre la camisa de mi hermano mientras esté me repite una y otra vez que respire, que ya pasará.

A diferencia, el dolor no se detiene, pero tampoco se intensifica. Solo quiero arrancarme la cabeza de una sola vez y dejar de sentir está sensación que tanto odio.

—Vamos hermana, respira, ya pasará.

Es la voz nerviosa de mi hermano la que ayuda a calmarme mientras esté soba mi espalda tensa.

Tú puedes.

Es lo que me repito una y otra vez en la cabeza para poder calmarme, tomando drásticas inhaladas de aire en mis pulmones. Luego de unos segundos todo el dolor de antes desaparece, permitiéndome abrir los ojos y percatarme del desastre que hice. Otra vez.

—Lo lograste—subo un poco la mirada para ver a Step—,sabía que podías hacerlo.

Comenta antes de darme un beso en la frente y darme un abrazo con sus manos temblorosas. Siendo ahora él, quien se encuentra más nervioso de los dos.

Evil Force [En Actualización]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora