Capítulo 3

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Segundo trimestre y Lisa sentía que estaban aún a principios de año. El tiempo realmente transcurría rápido. Pero algo sí había cambiado. Ella se dirigía hacia la biblioteca escolar, para su habitual "sesión de estudios" o eso pensaba que era. Los primeros días del mes ese era su objetivo, pero después de unos días, se percató de que cierta joven morena también asistía a esas horas de la tarde para estudiar.

El primer día que la había visto, casi
decide salir corriendo de la biblioteca. Jennie simplemente se encontraba con el libro de Biología en sus manos, en una de las mesas del fondo, completamente concentrada en los estudios. Desde ese entonces Lisa siempre acostumbraba a asistir a esas horas, aunque los primeros minutos normalmente se dedicaba a mirarla un rato, y no entendía el porqué.
Después de unos segundos el libro
llamaba su atención y comenzaba a
hacer lo que debía, estudiar.

Esa ya era su rutina cotidiana. Al
llegar hoy, encontró a Jennie en la
misma mesa de siempre. Su cabello
amarrado en un moño y algunos mechones de cabello le caían desordenados en el rostro, garabateaba en su cuaderno y de vez
en cuando arrugaba la nariz o se
mordía la lengua, cuando no comprendía algo.

Eso fue mucho para la ojimiel, quien
duró unos minutos más de lo normal
observándola, hasta que por fin se
obligó a mantener sus ojos en el libro
de texto. Lisa estaba sentada en
una mesa apartada de ella y debía
estudiar.

Mañana tendría un examen de Inglés
y esa era su peor materia. Ella
lograba pasar las asignaturas con
notas aceptables mientras que Jennie
era una de las mejores estudiantes
del salón, considerando que las dos
duraban las mismas horas estudiando en la biblioteca.

Cuando por un segundo la materia la
venció, suspiró audiblemente y abrió
su cuaderno de dibujo. Se perdió en
su mundo dibujando simplemente lo
primero que le llegaba a la cabeza.
Duró casi una media hora así y de un
momento a otro sintió alguien tras
ella. Volteó asustada y se encontró
con una despreocupada Jennie, que
observaba su dibujo.

-Tú... ¿Qué haces allí?-preguntó y, al
ver que la morena no dejaba de mirar el dibujo, intentó cubrirlo con los brazos ya que no le gustaba que vieran sus dibujos.

Era como si husmearan en su diario,
aunque no tenía uno.

-Dibujas bien-comentó entrecerrando los ojos, intentando ver la hoja que Lisa cubría-. ¿De quién son, los ojos?

Cuando le preguntó aquello, Lisa sintió como su estómago caía. Alzó los brazos y observó, horrorizada, que era cierto lo que había dicho la otra chica. Plasmado en la superficie blanca habían unos ojos delicados y con algunas sombras en el iris. Sus cejas eran delgadas, el color de los ojos de una intensa tonalidad oscura y de inmediato Lisa, aunque el dibujo fuese en blanco y negro, pudo imaginarlos de un castaño oscuro y profundo. Apretó los puños, frustrada, y volteó a ver a la chica, un poco irritada.

-De nadie, me los acabo de inventar.-Sonrió falsamente y Jennie pareció
creerle.

Se acercó más a ella y sujetó el cuaderno de actividades de Lisa, antes de que la ojimiel pudiera hacer algo al respecto.

-Eres mala en inglés. Así no se escribe "Photograph"-le indicó, alzando una ceja, y Lisa se encogió de hombros.

-El inglés no es lo mío.

-Pero el cantante que te gusta canta
en ese idioma-tenía un punto y Lisa se quedó en silencio, esa chica sabía cómo sacarla de sus casillas.

-No importa. De todas formas, suspenderé el examen-le dijo volviendo a lo suyo, sorpresivamente
Jennie colocó el cuaderno en la mesa
y se inclinó sobre ella, para hacer un
ejercicio.

-Aquí... es "foot" no "food". Una
simple letra puede cambiar el significado de la palabra-comenzó a
hablarle mientras escribía, su letra
era hermosa y sus manos muy
pequeñas y delicadas.

La chica con el rostro sereno y la
blusa blanca parecía un ángel. Lisa la observó durante unos segundos, pero después comenzó a escuchar lo que explicaba e increíblemente entendió.

-Au, ahora tiene sentido-dijo abriendo los ojos, la morena rodó los suyos.

-Deberías de ser tonta, para no
entender- dijo, antes de apartarse y
volver a observar a Lisa a los ojos.

La ojimiel comenzó a sentirse nerviosa por el escrutinio de la
mirada de la contraria.

-¿Qué? Ya me insultaste, así que ya
puedes irte-le retó y los ojos castaños
de Jennie comenzaron a arder.

-Claro, cuando también te ayudé.

-Pero no por ser amable-devolvió,
cruzándose de brazos.

-Cierto. Lo hice porque me estaba
dando lástima las estúpidas caras
que hacías, al no entender nada-
confesó inconscientemente y con eso
dejó a Lisa muy sorprendida
¿Ella la estuvo observando? -. Por
esa razón, tú y tus amigas están como
están.

Al momento de escucharla, la sorpresa (y bueno, sí. La pequeña
emoción que había sentido al escuchar aquello) pasó a ser rabia. Se levantó y enfrentó a la morena.

-Si estamos así es por culpa de tus
amiguitas y los imbéciles del salón,
que no saben cómo tratar a la gente-
le dijo en la cara y por un momento
la morena se apartó de ella.

Habían terminado muy cerca de la
otra y Lisa se sentía avergonzada por ello, intentó no demostrarlo.

-No es nuestra culpa que ustedes sean un blanco fácil. De todos modos, yo nunca hago nada-se defendió, dándose la vuelta.

-¡Pero burlarte de nosotros y no hacer nada al respecto es casi lo mismo!-gritó a sus espaldas y Jennie simplemente la fulminó con la mirada, antes de tomar sus cosas y salir de la biblioteca.

Lisa suspiró frustrada, dejándose caer en la silla. No entendía el porqué, pero, Jennie Kim la colocaba de los nervios. Y lo peor era aquel... ¡Aquel maldito dibujo! No tenía idea de lo que había pensado al dibujarlo, pero definitivamente no en Jennie.

Ella era una niñita mimada de papá y
igual que hace unos meses atrás en el
primer día de clases, volvió a comprobar su teoría. Esa chica
definitivamente era una estúpida, al
igual que sus amigas.

RIVALES|Jenlisa (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora