CAPITULO VII

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Gema.

Salgo de la sala con Liz agarrada de la mano mientras tengo la ira a flote.

Esto no puede ser cierto, esa maldita hija de puta no puede estar aquí nuevamente, se supone que ya me había librado de ella.

Nos encaminamos hacia las torres y subimos a la habitación de Liz.

-¿Que hace esta maldita zorra aquí?-es lo primero que grita Liz al cerrar la puerta- como que es la coronel teniente.

-no lo se-le digo- no entiendo nada de lo que está pasando-empiezo a caminar de lado a lado- se supone que estaba desaparecida y que no volvería.

-No debimos habernos ido-dice Liz- no se debimos habernos quedado en la puerta escuchando que es lo que se quedaría hablando con Christopher.

-Lo se, pero confío en Christopher-le digo- no creo que después que nos halla vendido el siga sintiendo otro sentimiento hacia ella que no sea odio-continuo- tu misma viste como la trató cuando la vio.

Tengo razón, dudo mucho que Chris después de todo lo que hizo la vuelva a perdonar como si nada, aparte el y yo ya tenemos una familia de dos muy linda y dudo mucho que la eché a la basura por alguien que no vale la pena.

-Si lo sé-dice mientras se tira a la cama- pero no nos podemos confiar, esa perra es capaz de todo-continua- no podemos dejar que nos pase lo de años pasados y que ella vuelva a metérsele por los ojos a Christopher de nuevo o dejar que el comando la vuelva a ver cómo un ser digno de admirar y venerar.

-Si, en eso tienes razón-le digo- ¿Pero que haremos?

-Tengo una idea- me dice con una media sonrisa- le haremos saber a la central que ella es una traidora, haremos que todos se enteren que ella fue la persona que hace dos años nos vendió a casos internos.

-¡Estás loca!, si haces eso te pueden echar del comando-le digo- aparte no quitemos el hecho de que si Christopher y Alex no lo hicieron fue por algo.

-¿Porque abrían de hacer eso, ella ya no es alguien importante aquí como para que lo hagan- responde ignorando las demás cosas que le dije anteriormente.

-Pueda que ya no pertenezca a la FEMF, pero su padre sigue siendo conocido como uno de los mejores generales, aparte de ser el mejor amigo de mi suegro- trató de persuadirla para que desista de la idea, pero conociendola se que no me hará caso.

-Bebe sabes perfectamente que a mí me importa una mierda de quién sea hija, esa perra debe saber que no puede meterse con nosotras de nuevo- me dice-además es mejor que se vaya, puede intentar vengarse por haberle tumbado el territorio hace tres años, y estoy segura que otra vez intentará atrapar a Christopher.

Cuando escucho eso se me acelera la respiración al pensar que tiene razón, el regreso de Rachel James a Londres solo me traerá problemas, así que sin estar muy segura y pensando en las consecuencias que esto traerá de saber que fuimos nosotras le digo a Liz.

-Esta bien, puedes hacerlo, pero ten mucho cuidado- le advierto- nadie puede saber que nosotras tenemos que ver con esto, sobre todo yo que no me conviene dado ha que soy la primera dama.

Liz se levanta con una sonrisa y me abraza.

-Sabía que me harías caso y no te preocupes se le los problemas que te traería con el ogro de tu suegro, nadie sabrá nunca que nosotras tuvimos algo que ver.

Termina de decir eso y me da un casto beso en los labios como de costumbre y sale de la habitación.

«No es lo correcto, pero es necesario, yo no puedo permitir que la central la vuelva a tener en un pedestal y peor aún, que se vuelva a meter con mi Christopher»

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Rachel.

Salgo de la sala con la ira a mil.

Sabía perfectamente que esto no sería fácil desde el preciso momento en que me enteré que tendría que volver a trabajar con el.

Ya han pasado dos años y sigue siendo el mismo imbécil de siempre.

Aunque no voy a negar que si me duele el hecho de que me llame traidora, lo único que quería era intentar limpiar el nombre de todos y lo único que hice fue perjudicarme yo.

Me encamino hacia los comedores del comando en busca de mis amigas que deben estar aquí dado ha que ya es la hora del almuerzo.

Me entro al sitio mientras siento como los murmullos se van alzando y siento todas las miradas puestas en mi.

Sigo de largo llegando al sitio donde están Laila, Alexandra, Luisa, Brenda reunidas.

Luisa es la primera en verme y se levanta logrando que le sigan las demás.

Vuelven a rodearme entre todas, solo que esta vez nadie las detiene, el abrazo grupal es más reconfortante de lo que había pensado.

Después de varios minutos el abrazo va desapareciendo poco a poco.

-Donde carajos se suponía que estabas- me preguntó Luisa.

-Es una larga historia- contesto.

Nos sentamos y empiezo a cortarles todo, lo de casos internos, lo que Christopher me echo del comando y todo lo que pasó después de eso menos algo relacionado con los mellizos.

No es que no confíe en ellas, pero la verdad no me conviene que sepan sobre mis hijos.

-Hijas de puta-dice Brenda- y más hijo de puta Christopher que no dejo que te explicarás y les creyó a ellas.

-Si lo sé- les digo- pero a la vez lo entiendo, todas las pruebas apuntaban a que si lo estaba traicionando y yo lo sabía perfectamente.

-Pero cuenta como es eso que eres la coronel teniente de una organización secreta- dice Laila cambiando el tema.

-Pues después de que salí de aquí me puse a buscar trabajo en lo que sabía hacer-les digo-no podía quedarme sin hacer nada y sin ejercer lo que mas me gustan simplemente porque me habían echado.

Se miran entre ellas y yo les sigo contando más detalladamente cómo fue que logré llegar al SMAD y convertirme en coronel teniente.

-Nos asustamos mucho cuando desapareciste-me dice Alexandra- pensábamos que te habías ido con Stefan pero semanas después logramos localizarlo y pues vimos que no se habían ido juntos, lo único que el nos dijo es que estabas bien.

Mierda, he tenido la mente ya ocupada desde que llegué que ya me había olvidado de Stefan.

-Hablando de Stefan, ¿Alguna de ustedes ha sabido algo de el-les pregunto.

-Si, a los días que te fuiste el se retiró de la FEMF- me dice Alexandra- monto un restaurante y le va muy bien-contiua-por lo que nos contó que desde que llegó aquí estuvo ahorrando y ya monto su negocio y no le va nada mal.

-¿De verdad?- pregunto con alegría y ellas asienten.

En verdad me pone feliz saber que el soldado chef por fin pudo cumplir su sueño, nunca fue un mal soldado, pero desde lejos se notaba que su verdadera pasión era la cocina no la milicia.

-¿Ustedes saben dónde se está quedando?- pregunto- quiero ir a verlo.

Me dan la dirección del apartamento donde se está quedando y continuamos hablando de todo lo que pasó con cada una en estos dos años y medios en los que estuve ausente.

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Hola de nuevo, en fin, gracias por leerme nos leemos pronto <3.

Secret |•Chrischel•|Where stories live. Discover now