Extra

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Draco resopló mientras intentaba apartar su flequillo rubio de la cara. Suponía que probablemente tendría que cortarse el cabello en algún momento, ya que le estaba quedando demasiado largo que casi le rozaba los hombros. Sin embargo, había estado muy ocupado últimamente, con Lyra aprendiendo a gatear y con todas las renovaciones de la casa con Harry.

 Aquella tarde, Harry estaba haciendo algunos trabajos de jardinería mientras Draco intentaba despejar y preparar una de las habitaciones del ático para pintarla. Miró con aprecio por la ventana hacia abajo, donde su marido alfa se quitaba la camisa y se limpiaba el sudor de la frente. Varios árboles del jardín habían sido víctimas de la podredumbre del olmo, por lo que Harry se había encargado de deshojarlos e intentar salvarlos lo mejor posible con la ayuda de Neville. La piel acaramelada de Harry estaba iluminada por el sol del mediodía y los músculos de su espalda se tensaban y esforzaban mientras se movía por el jardín, charlando y riendo con Neville.


Draco se sobresaltó cuando Lyra gorjeó detrás de él, sacándolo de sus escandalosos deseos de decir "a la mierda" la preparación de la pintura e ir a violar a su marido en su lugar. Si Neville no hubiera estado todavía allí, Draco podría haber estado tentado de hacerlo realmente, pero pensó que tendría que esperar hasta esa noche.

"Lo sé, cariño", suspiró Draco, acercándose a la cuna que seguía a Draco por toda la casa mientras trabajaba para que su hija pudiera estar siempre con él. "Papá está aquí", murmuró suavemente, volviendo a arropar a Lyra bajo su manta mientras ella resoplaba y volvía a dormirse.

"Bien", Draco se puso las manos en las caderas y se acercó con el ceño fruncido a un gran paño blanco que cubría algo que, estaba seguro, no había estado allí ayer. Sobre la tela había una etiqueta adjunta escrita con la caligrafía rasposa de Harry.

"Hola mi amor, este es un regalo para ti de mi parte, algo que Sirius logró encontrar en el inventario de Grimmauld Place. Pensé que querrías estar solo cuando lo encontraras, sin embargo, si me necesitas, sólo llama y estaré allí. Con todo mi amor, tu esposo Harry".

Draco frunció los labios, ciertamente no necesitaba más regalos. Harry y él debían de haber escrito unas cien tarjetas de agradecimiento por todos los generosos regalos de boda de amigos y familiares y eso no había impedido que Harry mimara a Draco con regularidad siempre que podía. Draco respiró hondo y comenzó a levantar lentamente la sábana blanca, revelando la base de un cuadro al óleo junto con un marco dorado con una inscripción.

"Narcissa Cassiopeia Black"

Draco jadeó mientras levantaba el resto de la sábana para revelar a una mujer rubia de más o menos la edad de Draco. Iba vestida con una túnica azul y tenía los ojos azules muy abiertos.

"Oh", el retrato se movió y habló suavemente mientras Narcissa levantaba la mano como si quisiera acariciar el espacio entre ellos. "¿Eres... eres Draco? Mi primo Sirius me ha explicado todo. Me ha dicho... me ha dicho que tengo un hijo".

"S-Sí", tartamudeó Draco, con los ojos llenos de lágrimas que empezaron a rodar densamente por sus mejillas sonrojadas. "Yo... no sabía que tenías un retrato".

"Sí", asintió Narcissa, que aún parecía insegura y ligeramente tímida. "Madre encargó uno, Bella y Andy debían estar en él también, pero Andy se ha escapado con algún muggle y Bella está en un terrible cabreo, ¡casi le saca el ojo al pintor con su propio pincel!" Narcissa hizo una pausa, "No puedo... no puedo creer... ¿eres realmente mío? Eres tan hermoso "
Draco dejó escapar un sollozo desgarrado y con hipo.

"Oh, no, cariño", se apresuró Narcissa, "por favor, no llores. Lo siento, estoy tan feliz. Sé que Sirius me ha dicho que nunca llegué a ser tu madre, pero estoy tan feliz de conocerte, mira qué maravillosa eres".

"U-Ustedes murieron", tosió Draco, desplomándose en el polvoriento suelo y mirando fijamente el retrato. Narcissa lo miró con tristeza, extendiendo la mano con la palma apoyada en el lienzo. Draco se adelantó para presionar su propia palma contra la de ella. Hubo un leve murmullo de calidez, los zarcillos de la magia del alma.

"Sí", habló Narcissa en voz baja, "siento mucho haberte dejado solo, dulce muchacho. Fui joven y tonta, ni siquiera escribí un testamento adecuado... nunca imaginé", Narcissa hizo una pausa, "Ojalá, ojalá te hubiera conocido".


Draco asintió con la cabeza, sintiéndose hundido por dentro. Por supuesto, este cuadro había sido encargado antes de que Narcissa se casara con Lucius o diera a luz a Draco.

"Pero estoy tan feliz de conocerte ahora", continuó Narcissa, "¿Crees que podríamos conocernos? ¿Crees que... podrías perdonarme?"

Draco dejó escapar otro sollozo desgarrado antes de volver a asentir, podía oír a Lyra removiéndose detrás de ellos. Como si tuviera el piloto automático, se levantó y fue a recoger a su hija en brazos antes de volver a acercarse al retrato.

"E-Esto es Lyra", moqueó Draco, sin saber qué hacer o qué decir.

"¡Mi nieta!" anunció Narcissa encantada. Draco se encontró sonriendo, utilizando el dobladillo de la manga para intentar limpiarse algo de la suciedad de la cara.

"No llores, hijo mío", le indicó Narcissa con suavidad, "ya estoy aquí y tenemos mucho que hablar".

"¿Draco?" Draco se volvió al oír la voz ansiosa de su marido. Harry estaba de pie, nervioso, en la puerta. "¿Estás bien, cariño?"

"Esta es mi madre", anunció Draco, sabiendo que era redundante decirlo, pero queriendo hacerlo de todos modos.

"Hola señora Malfoy", saludó Harry, acercándose a ellos y asintiendo con la cabeza al cuadro.

"¡Oh!" Narcissa dejó escapar una risa sorprendida. "Todavía no, Lucius ni siquiera se ha declarado, ya sabes".

"Ah, lo siento", sonrió Harry, frotándose la nuca.

"'Narcissa' está bien", sonrió. "Le estaba diciendo a Draco lo mucho que me apetece conocerlo a él y a Lyra".

"Draco está estudiando para ser maestro de Pociones", soltó Harry, haciendo una mueca de incomodidad mientras le decía a Draco "lo siento".

Draco resopló y sacudió la cabeza con cariño hacia su marido, Harry tendía a decir las cosas más extrañas a veces.

"¡¿Qué?!" La cara de Narcissa cayó en una expresión de sorpresa. Draco se mordió el interior de la mejilla con nerviosismo, ella ya debía de haberse dado cuenta de que era un omega, quizás desaprobaría su ambición. "¡Eso es increíble!" exclamó Narcissa- ¡Debes ser muy inteligente! ¿Severus está ayudando? ¡Cuéntame todo mi amor!"

Narcissa hizo una pausa y juntó las manos: "Oh, Draco", sonrió, "estoy tan orgullosa de ti".

Draco respiró sorprendido, abrazando a Lyra un poco más cerca de él en su felicidad. Volvió a mirar el hermoso rostro de Narcissa que se parecía tanto al suyo.

"Gracias mamá", respondió Draco, sintiendo un nudo en la garganta cuando la mano de Harry le apretó la nuca. "¿Te gustaría unirte a Harry y a mí para cenar?"

"Sí", respondió Narcissa inmediatamente, "sí Draco, me encantaría".



✌🏼❤️



Nota final de la autora: 

Me alegra mucho que te haya gustado este fic, muchas gracias por leer y por tomarte el tiempo de dejar un amable comentario. ¡Con respecto a los padres, esto no es una parte canon de mi fic pero lo he escrito sólo para que tengan un cierre!



Contexto del capítulo y la nota:

En el capítulo final, una seguidora de la historia le pidió a la autora un cierre para el tema familiar de Draco y esto fue lo que ella le respondió y además dejó este pequeño fragmento en el comentario.

Ahora sí, me despido de ustedes, un beso y cuídense. 



🌼❤️

The Lily SpellWhere stories live. Discover now