Capítulo 19.

145 27 9
                                    

Un mes y medio después.

Wang YiBo, nunca más volvió a aparecer.

Podía sentir su escencia y aroma perseguirlo por cada día que pasaba. Aún podía sentir sus brazos al rededor de su cuerpo, el agarre fantasma que sus manos habían tenido; y aún podía recordar esas lágrimas que salían de sus ojos dolorosamente.

Su alma se rompía cada que esa imágen aparecía en su mente, sin importar en que lugar estuviese.

Evitaba a Li BoWen a toda costa, en verdad, ahora ya no podría cruzar ninguna sonrísa con él sin antes sus ojos cristalizarse por el esfuerzo que hacía en curvear sus labios.

Su rendimiento en su trabajo mejoró por el contrario. Logró volver a concentrarse hasta retirar ese permiso en ser excluido de las operaciones. No supo el motivo, pero algo se impregnaba en su mente cada que ingresaba al hospital.

Jiang YiTing se curó por su obra. Realmente, no tuvo que hacer demasiado, más que estar a su cuidado en el internado, brindando sus medicamentos necesarios.

El pequeño nunca lo culpó de su estado anterior, sino que, por el contrario, agradeció grandemente por su atención a diferencia del que su padre tenía para con él por su falta de tiempo en su vida propia, producto de su trabajo.

Quizá, ahoras las únicas cosas para las que llegaba a sentir felicidad eran las travesuras de A-Ting, y las divertidas apariciones de Yang Zi cada que estaba solo.

Sin embargo, cuando volvía a sentir la escencia del hombre que intentaba dejar ir con todas sus fuerzas, recaía. Cada que miraba el arco de las vivas flores de algodón, y recordaba el momento exacto en el que se le fue dado, justo en un mismo lugar como en el que residía.

Suspiró, saliendo de su ensoñación al instante en que se paró al borde de la acera, esperando por el semaforo rojo.

Hacía frío, no faltaba demasiado para que la hora en que la nevada caería según lo previsto en el noticiero. Así que, queriendo apurar su paso para llegar a casa pronto, su frustración empezó a hacerse presente cuando los autos no se detenían a pesar del semaforo en rojo.

A esto, Yang Zi apareció de repente a su costado, agitando una de sus manos frente a su cara para llamar su atención. —¿Qué te pasa ahora?

Estuvo por responder, sino fuera por que a la distancia, a una calle de diferencia, Wang YiBo aparecía. No lo miraba, sino que lo hacía a otra dirección, específicamente a una chica de cuerpo traslúcido; un alma.

El Ángel extendía su mano a ella, mientras una sonrísa aparecía en sus labios. La fantasma puso la suya sobre su palma, dejándola ahí por unos segundos para después alzar la vista, conectándola con esos ojos que adoraba.

Ver esa sonrisa que Wang YiBo le daba a la chica, le hacía a su corazón romperse. Esa sonrisa que en un pasado, e incluso unos meses atrás, había sido para él.

Un corazón roto le era demasiado doloroso, pero lo sentía necesario. El hecho de que sintiera dolor le hacía recordar que algo, alguna vez, por cierto tiempo, estuvo más que completo.

La joven entrelazó sus dedos con los del Ángel, bajando ambos sus brazos a altura normal para darse un asentimiento mutuo, para después soltarse y desaparecer ambos en el aire.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, y sus párpados bajaron con renuencia.

Entender que Wang YiBo, posiblemente acató a sus pedidos de antes, dejándolo ir para olvidarlo tal como se lo dijo, le causaban que su alma se desmoronara.

I'll Be Here With You.Where stories live. Discover now