Capítulo 32.

128 24 10
                                    

Un més después.

Wang YiBo se cernía a la alta silla al frente de la barra principal del establecimiento de su trabajo. Porque, sí, había conseguido uno en poco tiempo. En realidad, no quería sentirse mal al no hacer nada, era insuficiente.

Era una buena ventaja el hecho de trabajar en un prominente negocio de flores; así cada noche al salir podría llevar uno para A-Zhan; cada noche unas diferentes, pero con un significado referente a su mismo cariño.

Su jefa a su costado, haciendo también un adorno similar al que él terminaría pronto. Era carismática usualmente, así que estaba algo extrañado de que ella no estuviese hablando por aquí y por allá como siempre lo hacía con cada cliente que llegaba, o bien, con todos sus empleados.

Claro, esto no duró demasiado, puesto que cuando terminó de colocar el último adorno entre la docena de rosas del ramo a su frente, ella comenzó, chisteándole seguidas veces para llamar la atención que ya tenía.

—Eh, Wang.— Song Yi lo llamó, haciendolo voltear con rostro de espera, a lo que ella dejó de lado su trabajo, señalando con su mirada a su propia mano. —¿Piensas casarte pronto?

—Hmm.— Respondió con simpleza, decidiéndose por seguir el inicio de ese juego que posiblemente sería comenzado al cabo de unos segundos. —¿Qué? ¿Quieres que me case contigo?

Song Yi abrió su boca en un círculo, antes de llevar sus palmas a su rostro, acunándose a sí misma mientras ponía una expresión de ensoñación fingida. —Oh, Wang, ¿Qué sucede si digo que sí?

—Sucede que no lo haría.— La cortó, chasqueando su lengua para mostrar de menor manera sus dos anillos en su dedo anular. —No lo planeo; ya estoy casado, y más que satisfecho con ello.

La chica cambió rápidamente, arrastrando su silla más cerca de él para ponerle suma atención, siguiendo con sus cuestiones de curiosidad. —¿Cómo es ella?

—Él.— Corrigió, y Song Yi no cambió su expresión en absoluto, si no que la mantuvo igual de atenta. —Él es benevolente, bondadoso.— Sonrió bobamente, siguiendo. —Y para mí, él es el ser más hermoso en todos los Reinos que existen juntos.

—Oww.— Chirrió, tomando la mano de Wang YiBo para alzarla a la altura de su cara, extendiendo su palma para ver bien los anillos. —Ahora puedo entender mejor el por qué de siempre llevar contigo el ramo más frondoso de flores con bonito significado.

—Sí.— Musitó, y una vez que fue liberado por Song Yi del agarre, se levantó, estirándose para tomar del otro lado uno de los ramos de decoración beige, atrayéndolo a él bajo la mirada tierna de la misma. —Éstas son también para él.

Antes de que ella pudiera hablar, el tono que indicaba la llegada de las nueve de la noche la cortó, haciéndole levantarse para apagarlo, y después azotar una de sus manos frente al castaño, atentando a su atención para ir de nuevo con ella.

—De acuerdo, chico nuevo, es tiempo de ir a casa.— Con eso, Song simplemente se dió la vuelta, dejándolo solo en cuanto agarró el arreglo que antes hacía, llevándoselo consigo.

Tomó aire, viéndola irse. Después, sonrió en una línea cuando se volvió a las flores que había arreglado para el pelinegro. Acarició los algodones, oliéndolos de vez en cuando en lo que terminaba de acomodar su pertenencía.

I'll Be Here With You.Where stories live. Discover now