· ੈ ‧ .· ✹ · ▌𝐃𝐘𝐒𝐓𝐘𝐂𝐇𝐈𝐏𝐇𝐎𝐁𝐈𝐀 . . . ❛ all's well that ends well to end up with you ❜
𖥻 Cuando Carlo y Stella Smith mueren
a Ava no le queda otra opción más que
mudarse a Londres con los am...
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००० ━━━ ❛ mamma mia, here are i go again ❜
Algunos rayos de sol se colaban por la ventana de la habitación de Ava, haciendo que se encogiera escondiéndose entre las cobijas, al notar la actitud de su novia, James río metiéndose debajo de las sábanas junto a ella, la castaña río y los destapó a ambos.
─ Hola. ─ Sonrío en su dirección.
─ Buenos días, bonita. ─ Dijo retirándole los mechones de la cara.
─ ¿Cinco minutos más?
─ Ava, tenemos que apresurarnos para llegar a la estación.
Habían pasado tres largos meses desde que habían dejado Hogwarts y por fin era momento de regresar y cursar su último año en Hogwarts, lo cual no emocionaba mucho a la chica Smith, crecer estaba bien, que la vida de adultos estuviera tan cerca, no tanto.
─ ¿Por favor? ─ Ava hizo un puchero en su dirección.
James no podía negarle nada a Ava, lo había intentado varias veces y le parecía simplemente imposible, así que terminó asintiendo después de besarla en la frente ─ Pero solo cinco.
─ Cinco, te lo prometo.
Y entonces Ava se volvió a acurrucar, mientras que James pasaba sus brazos por su cintura, acercándola más a él.
. . .
Los Potter, Ava y los hermanos Black, caminaban por el King Cross a casi veinte minutos de las 11:00, tal vez la pequeña siesta de James y Ava había durado un poco más de cinco minutos haciendo que todos se atrasaran, pero a opinión de Sirius, estaban y eso era lo que importaba.
─ ¿Y Lunático? ─ Preguntó James.
─ Oh, Vega me dijo que los veremos en el andén.
─ Entonces deberían darse prisa ─ Los alentaron Fleamont y Euphemia.
─ ¿No vienen con nosotros?
─ Por supuesto, pero los años comienzan a pesarnos, hijo, estaremos ahí en unos minutos, adelántense.
De mala gana, los chicos cruzaron uno por uno la barrera de metal, sorprendiéndose de inmediato al llegar a la plataforma, y es que no había casi alumnos, Ava logró visualizar a los Mckinnon y a los Longbottom entablando una amena conversación con Alice Fortescue, pero a nadie más que conociera bien, era como si todo el alumnado hubiera decidido faltar, salvo a los miembros de la casa de Salazar, ya que nunca en su vida, había visto a tantas familias de sangre pura reunidas.
