⃝⃕XXXV

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Luego de casi diez minutos esperando el carro que sus padres siempre enviaban, los dos jóvenes optaron por hacer su primera caminata al hogar del azabache, aprovechando que el tiempo era privado para ellos y que sus casas no estaban realmente lejos del lugar, el gran problema equivalía al inmenso tamaño de la institución por lo que con veinte minutos más, ambos empezaban a salir del territorio escolar para caminar por los inicios de la zona de casas grandes y privadas.

Taehyung había perdido la noción del tiempo que llevaban caminando, sintiendo el aire fresco en su cara y el calor de la mano de Jungkook, además de su vista en sus manos unidas.  Kim alzó las cejas curioso, moviendo su mano en un balanceo de adelante a atrás hasta que los ojos oscuros de Jeon dejaron sus manos hasta toparse con los ojos claros del menor t sus pestañas largas que se agitaban inocentemente.

"¿Qué pasa, Kookie?" Susurró lo suficiente alto para ambos, señalando cuando el mayor negó algo avergonzado de ser atrapado. Jungkook jamás dejaba de ser ese chico tierno y atento cuando estaba con él, los del colegio podrían tener la imagen que desearan, sobre todo si el mayor tenía el aspecto más maduro y atractivo que acapara más de una mirada.

Jungkook siempre era su Kookie.

"Nada, sólo estaba tratando de recordar la última vez que juntamos nuestras manos así" señaló, alzando de sus dos manos de ambos y moviendo de ellas hasta que Kim le sonrió, porque realmente estaba feliz de estar de esa manera con Jungkook. "¿Por qué no querías tomarme la mano antes? Pasaste de sujetar siempre mi mano a sujetar mi brazo"

Taehyung asintió, viendo al frente las calles donde las casas eran separadas por un gran tramo de terreno. "La mayor parte del tiempo te sujetaba de tu brazo, creo que era porque me daba vergüenza que mis manos sudaran y creyeras que era asqueroso"

"Nada de ti es asqueroso, Tae"

"¿Ni la vez que vomite en tu alberca?" Murmuró complemente avergonzado, cuando Taehyung se colocaba enfermo era muy fácil que su estómago le diera la mayor de las quejas, soltando todo y dejándole sin probar bocado hasta que estuviera acentado.

Jungkook recordó ese día, había sido un fin de semana donde las tres familias se habían unido, Jimin había llegado con un nuevo juguete de agua, el cual deseaban utilizar, así que entraron a la alberca. Taehyung había llegado ese día con un resfriado pequeño, su madre le había prohibido entra al agua, pero como el pequeño rebelde que era el castaño a sus nueve años, entró y como resultado vacío todo su desayuno en el agua.

"Te sentías mal, es normal" dijo sin borrar su sonrisa, porque lejos  de recordar con asco ese momento, Jungkook se había asustado de ver a Taehyung pálido, le había sacado del agua gata llevarle con su madre quien rápidamente hania tenido que colocar una inyección, una que el menor había odiado por el dolor de su trasero. "Creo que esa fue la última vez que te vi el trasero sin ropa"

Las mejillas de Taehyung exploraron en un potente rojo, ellos se habían visto mucha veces desnudos, pero cuando sus cuerpos empezaron a crecer, decidieron que era mejor no verse más por la vergüenza que conllevaba.

"¿Cuándo se me calló el bote de pintura verde?" Cambio visiblemente rápido de tema el menor, Taehyung no quería hablar de esa vez que Jungkook le había dado su bote de helado para que dejara de llorar, haber vomitado frente a Jungkook había sido lo peor, incluso mayor al dolor de su trasero.

"Eras un Grinch lindo" soltó el azabache, mientras observaba a algunos carros pasarse por la acera a su costado, estaban por llegar a su casa.

"¿Qué hay de cuando terminé con los mocos en mi mano?" Kim murmuró, podría decir que esa había sido la peor cosa que le había ocurrido en presencia de Jungkook. Era un día de invierno, de esos que le daban una alergia terrible y le hacía terninar con su nariz escurriendo y si poder respirar bien. Había decidido que salir al jardín de su cada era buena idea, luego de un gran rato, Taehyung sintió su nariz picar más de la cuenta y cuando quiso evitar estornudar, su guante ya estaba embarrado de una cosa verde horrible.

Sᴇʀᴇɴᴅɪᴘɪᴛʏ   ⃟κοοκνDonde viven las historias. Descúbrelo ahora