Videollamada

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Capítulo 5

Callum no estaba seguro de qué esperar

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Callum no estaba seguro de qué esperar.

Concretó una videollamada con Rayla por internet, la chica con la que ha entablado amistad a distancia mediante mensajes luego de agregar su perfil, y ahora que lo pensaba más a fondo era como si quedaran para una cita. A distancia. Por videollamada, y se conocerían por primera vez, porque una cosa era por fotos y otra en video. Por supuesto que no le ha dicho nada a Claudia y Soren o sin duda ellos estarían dándole consejos sobre cómo tratar a las chicas, consejos que él no solicitó.

— Ésta es una idea tonta, —su voz alta sonó amortiguada luego que colocó la cabeza contra el escritorio.

Claudia y Soren lo molestan sobre no tener una vida fuera de su arte; su padre y su hermano pequeño le dicen que busque intereses aparte de sus encargos, e incluso la mascota de su hermano menor, Bait, se queja de él como si fuera una causa perdida, lo sabe al sentir la mirada de aquel animal.

¿Básicamente? En resumen, todo el mundo quería atraparlo recordando que era un romántico solitario.

Encima de eso, estaba teniendo un bloqueo con su pieza de arte más reciente de todos modos, entonces, ¿qué importaba? ¡No tenía nada mejor que hacer más que pensar en cómo salir de aquel bloqueo! Pero quizás estaba en ese estado de ánimo porque rompería la burbuja que había creado en torno a Rayla; quizás ella no era una persona real y solo era un hombre gordo detrás de una computadora pretendiendo ser una estudiante de universidad que robaba fotografías de alguna chica linda en internet. Sí, podía pasar, y no es que estuviera actuando como un loco paranoico, ¡esas cosas pasaban! Había visto suficientes programas de televisión donde advertían de los peligros de comunicarse y brindar información a extraños por internet, y luego estaban los estafadores de las aplicaciones de citas.

Se levantó de su lugar y fue hasta la cama, si iba a lamentarse por haber pedido una videollamada lo haría en la comodidad de una cama suave y no en la fría madera de su mesa de estudio, además aún tenía mucha tarea que hacer. En ese momento Callum estaba odiando no ser un entusiasta de la cultura pop, porque si Rayla era una persona real —sabe que es una persona real, ya que al menos la chica de las fotos existe, aunque no puede estar completamente seguro de que sea con quien habla y... ¡Ah la paranoia! De lo que está seguro es que ella tiene algo que fue suyo.

Quizás solo estaba dándole demasiadas vueltas a algo sencillo, pero aún le quedaba un problema que resolver: ¿Cómo comenzaría la plática? ¿De qué hablarían? Es decir ¿De qué hablan las personas en ese tipo de reuniones? Podría preguntarle cómo era el clima en Xadia.

«¿En serio, el clima?», pensó y se golpeó la cara con la palma de su mano.

Bien, quizás podían hablar de música. A ella debía gustarle la música. Pero esa idea solo abrió otro abanico de posibilidades y ahí estaba nuevamente pensando en las cosas que estaban de moda, ¿qué música estaba de moda? ¿o sería mejor hablar de series? Sinceramente no tenía idea, y no es que viviera en una cueva, simplemente se había enfrascado demasiado en sus clases que apenas y tenía tiempo para dejarse absorber por las cosas cotidianas que disfrutaban las personas. O en todo caso, personas de su edad.

El Hilo Rojo Where stories live. Discover now