Miedos

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No era una cita

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No era una cita.

No era una cita.

No era una cita.

Callum repetía eso una y otra vez en su mente.

— Es una cita, — dijo Soren mientras caminaban por el campus, sacándolo de sus pensamientos donde hacía por convencerse de la veracidad de ellos—. Es decir… vas a verte con alguien que ahora sabes que es una chica real. Y saldrán juntos, ergo, es una cita.

Callum se disputaba por qué había hablado con Soren sobre Rayla cuando hablarlo con Claudia tenía mucho más sentido. Pero en su lugar había recurrido a Soren para contarle sobre su videollamada, y lo más importante… ¿Desde cuándo Soren sabía la palabra "ergo" y cómo utilizarla?

— No es una cita, — repitió por quinta vez, pero no está seguro si era para Soren o para él—. Solo nos veremos para charlar, es una reunión informal entre dos amigos.

—Pero quieres que sea una cita —¿por qué Callum sentía que había un toque de picardía en la voz de su amigo?—. Mira, no tiene nada de malo Callum, es decir… ustedes dos tienen un vínculo. 

Eso hizo que Callum dejara de caminar y verlo como si su amigo  tuviera tres ojos.

—¿Vínculo? ¿Qué vínculo?

—La pintura —exclama Soren como si fuera lo más obvio mientras codea a Callum—. Ya sabes… aunque aun no entiendo cómo no le has dicho que tú fuiste quien mandó esa carta. Eres muy raro.

No solo el asunto de la videollamada y próxima reunión, sino que ahora agregaba el por qué le dijo también de la pintura. Había decidido que ese, que ese último, era su secreto, pero un momento de debilidad y tener en ese instante a Soren delante de ello lo habían llevado a confesarlo. Pero si lo pensaba bien, Callum podía decir que Soren tenía razón sobre que no había mencionado nada a Rayla sobre la carta. Además, Soren realmente había guardado su secreto, no mencionó nada, ni siquiera a Claudia. Lo cual era algo que Callum agradece mucho.

—Solo… —Callum suspiró, ¿desde cuándo Soren tiene razón en lo que dice?—. No sé si deba decirle eso la primera vez que nos veíamos, aunque fuera por una pantalla.

—Deberías. Mira, es algo importante —Soren mueve las manos como si fuera a explicar algo—. Si yo fuera la chica querría saber que el chico con el que hablo es el mismo del que recibí una carta cuando era niña. Pero ustedes son raros, piénsalo bien. ¿Cuántas posibilidades había de que tu carta la recibiera ella?

—¿Y sí a ella no le parece algo lindo? —pregunta Callum, y aunque sus personalidades eran opuestas, era esa misma diferencia la que mantenía el balance en su relación con su amigo

—Ya te lo dije, ustedes son raros, así que seguro si le parece algo lindo que… Espera, así que tú… —Soren pareció meditar sus palabras, algo extraño, ya que generalmente decía lo primero que se le ocurría.

El Hilo Rojo Where stories live. Discover now