Sus ojos se abrieron en cuanto la mañana empezó a iluminar su habitación, el problema de cambiar su ritmo circadiano respecto a las actividades que podía desempeñar por la madrugada, debían tener el menor impacto posible, por lo que Aline respetaba comúnmente los ciclos de sueños necesarios para no tener aquel aspecto somnoliento y ojeroso.
No fue una mala noche, tampoco sobre pensó nada, no recordaba haber tenido algún sueño, simplemente fue un descanso cómodo, y bastante sorprendente, estaba tan acostumbrada a viajar que también debía acostumbrarse a descansar lo necesario en el lugar dónde estuviera, y Mallorca no era la excepción, porque incluso el clima, el ambiente y cada parte de dónde se encontraba, le gustaba, el mar y la costa eran uno de sus lugares favoritos.
Tomó una prolongada ducha, sus objetos de cuidado personal habían viajado con ella, incluyendo aquellas deliciosas esencias que adoraba impregnar en su cuerpo, así como diversas combinaciones de prendas en distintas tonalidades y para diferentes ocasiones, aunque su armario tenía tantas cosas nuevas por ser ocupadas, que optó por hacer uso de ellas. Eligió una blusa tipo blazer, un short en conjunto de estilo sastre y uso un par de sandalias abiertas que aún estaban en su caja Saint Laurent, el clima era caluroso húmedo, pero excepcionalmente confortable.
No eran más de las nueve de la mañana, no parecía haber un arduo movimiento en el nivel del estudio ni en los amplios salones, pero en los jardines y alrededores ya se encontraba toda clase de trabajo por parte de cada empleado. Caminó un poco por los alrededores de los jardines hasta llegar a la cocina y en esta encontró a Susanne, la misma trabajadora doméstica que un día anterior les había servido en la cocina, encontrándose particularmente ocupada en lo que parecía el desayuno.
-Buenos días – saludó Aline mientras se acercaba a la nevera y la abría en busca de una bebida fría.
-Señorita Faylled – espetó sorprendida Susanne, levantando la vista de forma rápida y limpiando sus manos en su uniforme - ¿Necesita algo? Lo puedo llevar a su habitación o a su estudio ¿Desea desayunar ahora? ¿O esperar al señor Pine?
-Necesito jugo, me gustaría desayunar aquí y no sé dónde se encuentre el señor Pine – Aline tomó la jarra de vidrio con jugo de arándano que se encontraba dentro de la nevera, y se encaminó hacia la barra de la cocina - ¿Le molesta que esté aquí?
-No, no, usted puede estar dónde guste, ¿Qué desea desayunar?
-Lo que esté preparando.
Susanne abrió sus ojos sorprendida, mirando rápidamente lo que hacía y luego regresando la vista a la hermosa mujer que se servía el jugo, realmente ninguno de los empleados había dimensionado la actitud y el impacto que la mujer tendría al residir ahí, pero todos estaban temerosos de las posibles repercusiones que ella podría tener en ellos, sin embargo, su imponente porte no parecía estar acompañado de arrogancia y enfermo egocentrismo.
-¿No desea un desayuno especial?
-No creo que sea necesario tal cosa, estoy en una residencia, no en un restaurante – Aline se encogió de hombros y miró fijamente lo que Susanne preparaba - ¿Es lo que suele desayunar el señor Pine? – señaló a un desayuno con alto contenido en proteínas y fruta con una taza que aparentemente tendría un café.
-S-si – balbuceó la mujer - ¿Desea lo mismo?
-No en esas cantidades, pero si... ¿Hay uvas?
-Siempre señorita Faylled, son las favoritas del señor Pine, junto con las fresas.
Aline sonrió para sí misma y asintió, era un poco irónico que sus frutas favoritas aparentemente fueran también las favoritas del hombre.
-¿Podría explicarme el funcionamiento y cometidos del lugar?
ESTÁS LEYENDO
El Placer De Un Linaje
Fanfiction"Es una sensación interesante la de tener la preciada posesión de otro hombre" Jonathan Pine es uno de los hombres más temidos, brutales y poderosos en las grandes potencias mundiales, toda su vida ha tenido que ser aquel hombre sin escrúpulos, fuer...