Capítulo 35 "Devil Doesn't Bargain - Parte 1"

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Un insaciable beso, un embriagador aroma, un exquisito tacto y un incontrolable deseo los envolvió, uno frente al otro lo supieron, se habían reclamado como suyos, habían formado algo inigualable y temible, porque cualquiera que los conociera lo sabía, la unión de una pareja tan poderosa, podía conseguir todo lo que quisiera...

-Ali... - susurró Jonathan hacia el oído de la poliglota, restregando su rostro en el cuello de ella mientras la tomaba de la cintura con sus posesivas manos – No te imaginas lo que desearía hacerte en este mismo instante.

-Tal vez si lo imagino... Porque desearía que lo hicieras.

Sus cínicas sonrisas se formaron al mismo tiempo, Aline lamió sus labios y Jonathan los miró fijamente, adoraba devorarlos, adoraba lo bien que se sentían en su piel, en su cuello, en su miembro... Combinados con esa preciosa lengua que le había regalado los sexos orales más orgásmicos de su vida, porque era incapaz de separar el desbordante erotismo de sus sentimientos, el hombre tenía frente a él a la mujer por la que sería capaz de hacer lo inimaginable, la mujer a la que jamás renunciaría, y a la que seguramente se arrodillaría...

Disfrutaba la expresión de su rostro, a pesar de los incontables clientes que había tenido, lo que le provocaba el hombre frente a ella, era incomparable, el semblante que Jonathan le regalaba, y que no podía disimular ni contener, era absolutamente fascinante, seguramente el egocentrismo y la arrogancia la habrían hecho disfrutarlo por el simple hecho de tener en sus manos a un hombre tan deseado, tan poderoso y temible, pero en realidad, nada de eso alimentaba la mezcla de emociones que la poliglota se permitía sentir, no deseaba negarlo ni ocultarlo, no lo había planeado y mucho menos lo esperaba, no era la clase de mujer que se idealizaba al lado de un hombre, formalizando una relación o formando una vida juntos, sin embargo, el placer fue el primer paso a la letal decisión que ambos habían tomado ese día, amplificándolo con el tiempo, poco a poco uno al otro se mostraron como un hombre dominante y una mujer enviciante, podían obtenerse...

Con su gran mano aún en la cintura de ella, comenzó a jugar con el fino cierre del vestido de Aline, haciéndola sonreír por la clara insinuación, sus labios estaban por volver a devorarse cuando uno de los empleados de Roper se acercó temerosamente al inglés.

-S-señor Pine – balbuceó el hombre – L-lo esperan en el vestíbulo.

Pudo asesinarlo con la mirada de ser posible, aquel hombre se había atrevido a interrumpir la acción de saciar su deseo y eso no era muy bien recibido por Jonathan, sin embargo, el hecho de saber que fue adrede haber mandado a aquel empleado y que Aline estuviera en la mira de Richard Roper, lo hizo concentrarse en la importancia de protegerla.

-Voy para allá – aseguró el inglés con una ronca voz que hizo asentir de inmediato al hombre para que se retirara – Dulzura, debo ausentarme unos minutos, tengo que hablar con alguien – susurró directo a los labios de su mujer.

-¿Ocurre algo malo? Tu semblante no es muy amigable... Bueno, nunca lo es.

-Y aun así te gusta.

-Me fascina.

Jonathan sonrió inevitablemente y depositó un posesivo beso en los labios de la poliglota, acariciando sus mejillas y rostro, terminó el beso con otro más corto y finalmente se separó de ella, se encaminó hacia su personal y se encargó de dar órdenes lo suficientemente claras.

-Christopher, Raymond, Langley, nos esperan – señaló con sólo mover la cabeza – Tabby, Frisky, quédense aquí y cuiden a mi mujer.

Aunque todos sonrieron medianamente ante esas últimas palabras de posesión, Christopher fingió su semblante para caminar al lado de su medio hermano, encaminándose los cuatro al vestíbulo, dejaron por un momento la recepción y a las personas en ella sin saber que, en cuestión de minutos, aquel incontenible sentimiento que los enviciaba, se vería corrompido por más de una persona...

El Placer De Un LinajeWhere stories live. Discover now