Caos en una tarde de verano

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La mañana del sábado intento con todas sus fuerzas ocultar su media sonrisa, hoy kakashi vendría a medio día y podrían comer afuera ¿Por qué se emocionaba tanto con algo tan simple? No le dio cavidad a sus pensamientos arremolinados y se encaminó fuera de la cama con dirección a la cocina. Sin distracciones se dispuso a preparar el desayuno de ambos, esto en si se había vuelto una rutina. Hacía ambos desayunos, luego cuidaba un rato el jardín, hacía un poco las tareas del hogar, lo otro le correspondía a Kakashi, un hogar era de dos, no de uno.

Pico algo de fruta, haría algo simple, pues quería dejar suficiente espacio para el almuerzo. Almuerzo que él no prepararía ya que Kakashi le había dicho que todo estaría listo sólo para ellos. Eso fue dulce, si el Kakashi del pasado hubiera sido así las cosas podrían haber terminado diferente, quizá sin guerras, sólo sintiéndose pleno junto a su amigo.

Pero pensar tanto en el pasado no cambiaría nada, las únicas desiciones que realmente importaban eran las del presente, eso definiría gran parte de todo.

Tarareo una canción mientras terminaba de hacer el café, sintiendo una electricidad viajar hasta su columna vertebral ante unas manos que le movieron un simple mechón de cabello.

Tan solo aquello lo hizo desestabilizarse, una acción tan simple había ocasionado estragos inimaginables.

Desde que había puesto en tela de juicio que podría estar enamorado de Kakashi todo se sentía de manera no convencional. Las cosas normales ahora lo ponían bastante nervioso, y lo que antes podía ser sólo cariño de amigos ahora se podía malinterpretar con facilidad, todo esto era bastante caótico.

Estar enamorado lo era.

—Buenos días —su voz somnolienta se mezcló con los ruidos de la cocina.

Su piel se erizó, ¿Que diablos le pasaba? Parecía una chiquilla adolescente enamorada. Ni siquiera tenía la suficiente certeza de tener sentimientos románticos ¿Y ya actuaba de esta manera? Patético.

—¿Te encuentras bien? — indagó.

Asintió, sin poder emitir una palabra de su boca, esto no le podía estar pasando.
Parecía que todo su raciocinio había sido arrojado a la basura, brillante Obito.

El peliplata se posó a su costado, tomando un poco de café y llevándolo a sus labios.

—Ya me tengo que ir, perdona apenas y pude darte los buenas días — se excuso — Pasó por ti a las una, que tengas lindo día

Obito parpadeo varias veces, esto se le salía de las manos.

Dicho y hecho a las una Kakashi esperaba por Obito en la puerta, quién salió luciendo muy feliz y ansioso.

—¿Listo para nuestra cita? — bromeó, riéndose despacio.

Obito se sonrojo, sintiéndose aún más confundido.

—Eres tan idiota —dijo un tanto frustrado.

Kakashi lo tomó de las mejillas, apretándolas como las de un bebé, siendo visto de mala forma.

—Si pudiera ver todo tu rostro apostaría a que te estás riendo de mi — infló sus cachetes.

Kakashi canturreo, bajando la tela que se interponía en su rostro, dejando ver sus dientes, y mirando a Obito con cierta burla.

—Me das suficientes motivos para reírme —le sacó la lengua justo como lo haría un niño.

El azabache sólo le dio un puñetazo suave en su hombro, siguiéndole el tonto juego.

—Me caes tan mal — torció sus ojos.

Kakashi rió despacio, desordenado los cabellos azabaches del de ojos negros. Viendo su ceño fruncido importandole muy poco, molestarlo era divertido.

Obito ¿tiene un hijo? |Kakaobi|Kde žijí příběhy. Začni objevovat