IV

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Los Lunes por la tarde la academia de baile solía estar repleta de personas. Familias buscando a los pequeños que apenas estaban empezando a tomar lecciones, niños corriendo por todo el lobby y jóvenes o adultos igualmente corriendo de allá para acá, con la diferencia de que usualmente ellos iban tarde a sus clases al ser el inicio de una nueva y caótica semana.

Jongin, sin embargo, nunca iba tarde. Pues él se encargaba de planear todo su itinerario el fin de semana para llegar siempre a tiempo. Elegía cuidadosamente el horario en el que tenía que salir de casa y el tiempo exacto en el que tenía que hacer las cosas para poder seguirlo todo al pie de la letra.

Todos los días eran ideales, todos a excepción de hoy por supuesto.

Jongin no había dejado de pensar que si ese texto de Chanyeol no hubiera llegado mientras tomaba su desayuno, entonces su celular no se le hubiera resbalado de las manos por la reacción nerviosa que tuvo. Pensó también, si tal vez Chanyeol le hubiera enviado el texto más tarde entonces su café no habría terminado regado por la mesa, manchando su libro y también de paso su outfit. Porque además, si todo eso no hubiera ocurrido entonces no hubiera tenido que elegir otro outfit y no hubiera llegado 15 minutos más tarde a su primera clase.

Si solo ese incidente no hubiera pasado entonces ahora mismo no estuviera corriendo a través de las puertas de la academia, con su largo pelo medio contenido en una coleta improvisada que sentía le quedaba mal porque de todas formas su pelo seguía golpeando ciertas zonas de su rostro mientras Jongin solo corría, con su cárdigan mal puesto y su bolso pesándole más que nunca.

Jongin estaba rojo como un tomate de tanto correr, porque por alguna razón la app de Uber había dejado de funcionar y después de esperar varios minutos sin obtener respuesta alguna, había decidido correr desde la Universidad hasta la Academia.

Se puso más rojo aún al sentir los ojos de todas las personas a su alrededor sobre él. Maldijo en su mente y trato de arreglar su atuendo y pelo de una manera rápida mientras se quitaba de la puerta y dejaba de bloquear el paso. Mientras lo hacía, también pensó que el día había comenzado perfecto, pues todo había salido de acuerdo al plan hasta que Chanyeol le envió ese mensaje innecesario de buenos días.

Decir que había tenido un mal día a partir de ese momento era solo la punta del iceberg. Por cambiarse el outfit también había dejado uno de sus trabajos en el mueble de su sala de estar y su profesor lo había regañado frente a todos, llamándolo irresponsable. Por ese mismo trabajo y por hablar con ese profesor al finalizar la clase había llegado tarde a la siguiente clase y se había ganado su tercer regaño en todo el día.

Había sido un desastre, su peor día de toda la semana y eso que apenas estaba empezando.

Jongin logró recuperar el aire que había perdido gracias a esa carrera inesperada y camino un poco más allá, buscando a Chanyeol, que según otro mensaje de texto ya estaba en el lugar hace 15 minutos atrás.

Puntual.

No tardó mucho en reconocerlo, sus piernas largas y su atuendo colorido contrastaban demasiado con el lugar en el que se encontraban, pues Chanyeol destacaba entre todos ahí. Jongin desde lejos podía ver que se encontraba sentado en uno de los muebles del lobby mientras mantenía sus piernas completamente estiradas, las estaba moviendo al ritmo de algo y sus converses ya medio desgastadas y con dibujos hechos con plumón hacían que el peli-rubio sobresaliera aún más.

O tal vez era solo cuestión de Jongin, porque desde el momento en que lo vio no pudo ser capaz de quitar sus ojos de él.

El peli-largo siguió subiendo su mirada mientras caminaba hacia el, notó que Chanyeol cargaba sus jeans rasgados en lugares estratégicos y las cadenas que colgaban de donde tendría que ir un cinturón de alguna manera le hacían ver bien. Pues todo iba bien con la camiseta super over-size que llevaba encima, de color blanco y con un logo de distintos colores -que no lograba reconocer- estampado en el medio. Siguió mirándolo y se encontró con la sorpresa de que Chanyeol no lo estaba observando, sino más bien mantenía sus ojos cerrados mientras fingía tocar la batería y tenía unos audífonos puestos.

C L I C H É [chankai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora