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Jongin se había rendido.

Era Jueves por la noche y el peli-largo estaba bajando rápidamente las escaleras de la academia para llegar hasta la recepción. Había estado tratando de buscar soluciones a su problema, tal vez otro pianista, incluso había mantenido un cierto tipo de audiciones online pero ninguno de ellos había causado lo mismo que Chanyeol había causado en él.

Los pianistas eran muy buenos, unos incluso espectaculares, pero ninguno de ellos llegaba a causarle eso y podía asegurar que ni siquiera se acercaban.

Ese mismo Jueves por la mañana, después de pasar la noche en vela, había decidido abandonar el proceso de Audiciones. Incluso si eso le costaba otra terrible ola de cuchicheos y miradas de reojo por los pasillos de la Academia. Sin embargo sabía que aquello lo podía soportar, pero bailar sin el acompañamiento perfecto en una audición tan importante le parecía simplemente insoportable. 

También había intentado aplicar los consejos que su terapeuta le había dado ese mismo Lunes por la noche después de tener esa crisis nerviosa en el baño, miles de veces intento comunicarse con Chanyeol para explicarle lo sucedido. Estuvo a punto de llamarlo para poder explicarle todo, también le escribió un mensaje de disculpas cientos de veces más, pero nunca llegó a enviarlo pues al releerlo sentía que ninguna de sus palabras tenían ningún tipo de sentido. 

No quería quedar como un loco, así que descartó la idea de escribirle lo que había sentido al no saber bien como explicarlo.

Pero sus esfuerzos no se habían terminado ahí, había intentado llamarlo después de eso, incluso paso por su mente la idea de ir al café para poder hablar con el chico en persona, pero finalmente no pudo hacer nada de aquello. De una forma u otra siempre terminaba cancelando el Uber a ultimo minuto o bloqueando su celular para no poder ver el numero de contacto de Chanyeol.

Básicamente había ignorado todo lo que su terapeuta le había dicho -cosa que estaba muy mal-, alejándose completamente de todo el mundo sin hablar con nadie más que lo ayudara a entrar en razón. Pues tampoco quería molestar, quiso hablar con Yixing para obtener algún consejo pero cada vez que lo veía entraba en pánico, su mente se nublaba y desaparecía antes de que el mayor lo pudiera incluso saludar.

Así que después de 3 días tratando de encontrar una solución distinta a por fin hablar con Chanyeol -porque la verdad no sabía cómo hacerlo- y resolver las cosas, decidió salir del proceso de audiciones. 

Sin consultarle a nadie y sabiendo que posiblemente le causaría una gran decepción a su hermano mayor, pero aún así sabiendo que era la única opción que le quedaba en ese momento. 

Sus pasos parecían resonar con eco por las escaleras de mármol de la Academia, era la ultima hora de la noche y había esperado ese momento del día para que nadie más lo viera tomar aquella decisión. Prefería que se enteraran por los chismes a que lo vieran pasar por aquello en vivo.

—¡¡Jongin!!

Se quedó congelado al pie de las escaleras, apenas reconociendo esa voz y tratando de buscarle un rostro en su mente a quien lo había llamado con tanta confianza. Nadie más aparte de Yixing lo llamaba así en la compañía, y esa no era la voz del pelinegro.

—¡Jongin! —un chico menudo, pelinegro y con lentes de pasta negra gruesa estaba caminando hacia el, sonriendo hasta el punto en que sus mejillas ponían más pequeños sus ojos.

—¿Kyungsoo? —el susodicho no tardó en llegar a el, tomándolo por los hombros y dándole un corto abrazo que ni a Jongin le dio tiempo de corresponder.

El peli-largo no pudo, ni tampoco supo como reaccionar ante ese gesto, era la primera vez que alguien que no era de su familia lo saludaba de esa manera. ¿Acaso era así como se sentía tener amigos?

C L I C H É [chankai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora