! B O N T E N E R A !
Luego de quince años, Manjiro tiene de vuelta a su hija y esta vez nada ni nadie se la va a quitar.
-AU orientado en Tokyo revengers escrito por ken wakui.
- no es adaptado al manga.
- +18
- no copias ni adaptaciones.
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Un hombre habia tocado la puerta con algo de miedo. Diste la aprobación para entrar y lo viste alli.
— Disculpé, señorita — murmuró inclinándose sin mirarla. — Su padre la llama para cenar en el comedor principal. La cena esta lista.
— Oh, muchas gracias, señor. — te levantas de la silla donde estabas sentada cerca de la ventana y te pones los zapatos que usabas anteriormente.
Miraste con algo de rareza la habitación antes de seguir al hombre por los pasillos. Todavia te seguia pareciendo todo incomodo.
Hasta que una mujer con traje de mucama como en mas películas aparecio y se inclinó con respeto.
No estabas familiariza con este tipo de tratos.
— Por aqui, por favor — asentiste mirando al guardia irse y luego seguiste a la mujer.
Muchos pasillos, si esto iba a ser asi, empezaría a llevar cosas a su habitación y atricherarse ahi.
Un salon grande se presentaba delante de tus ojos. Lujo era todo lo que gritaba.
Tu corazón dió un vuelco al ver muchos ojos mirarte atentamente.
Todo habia quedado en silenció al escuchar pasos entrar. Manjiro se levanto de su asiento para acercarse a ti con tranquilidad abrazandote.
— Espero que hayas descansado y puesto comoda — comentó guiandote a un asiento bajo la mirada para nada disimulada de los presentes. Te ponía los pelos de punta sus presencias. Una peor que la otra. — Ahora cena bien y luego descansa, fue un dia largo para ti...
— Esta bien... — murmuró sentandose y viendo como Manjiro se sentaba a su lado con una cara relajada. Todos estaban reteniendo la respiración al ver a su jefe actuar de esa manera. Era una nueva faceta, incluso peor que las que ya conocian.
Porque si el antes era peligroso, ahora con un hijo podía serlo peor.
— Mande a hacer tu plato favorito para la cena. — comentó tranquilamente el peli blanco mirando a su hija detenidamente. Esta asintió algo tensa por el hombre que estaba sentado a su lado. El tipo tampoco debia estar muy bien porque temblaba y estaba erguido en su asiento. — Aunque no te acostumbres mucho, debes comer sanamente, pero por esta vez lo dejaré pasar.
— Esta... Esta bien, gracias... — asintió la rubia sosteniendo fuertes sus piernas con miedo. Se sentía un cachorro por las mirada penetrante de aquellos hombres.
¿Siempre va a ser asi? Si es asi quiero irme, vivir sola no me importa, solo no quiero sentirme asi.
Varios empleados entraron y pusieron platos delante de ellos. El ruido de los cubiertos chocar y el movimiento al comer era todo lo que se escuchaba en el salón.
