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Mucha negación, mucha insistencia, y para desgracia de Heeseung, la insistencia ganó.

El Omega se vió en la cocina de una casa que no conocía comiendo algunas papas y tomando una soda que había encontrado en una taza gigante en la cocina llena de hielo y otras bebidas.

No tenía idea de donde estaban 4 de sus 6 amigos, solo sabía que recién llegaron un grupo de personas se llevó a Sunoo, Jungwon vio una Omega que le pareció bonita y se fue a hablarle mientras que Riki y Sunghoon se iban a vigilar a Sunoo.

Sin embargo Jay estaba en la cocina con él y unos compañeros de su clase hablando animadamente sobre cualquier cosa, los alfas junto a Jay de vez en cuando le dirigían la palabra al Omega mayor también esperando que dijera algo más allá de monosílabos.

Jake se encontraba en el marco de la entrada de la cocina hablando con una Omega que había conocido en ese momento, quién al verlo supo que quería pasar su primer celo con él.

Y es que de su grupo, Jake era el alfa más conocido en la escuela gracias a su amabilidad y carisma, arraigado con su excelente apariencia lograba hacerse amigos muy rápidamente.

Heeseung no se quedaba atrás, y es que en el tiempo en el que se mantuvo en la cocina solo comiendo y hablando únicamente con los dos alfas que conocía, muchos alfas y otros Omegas más pequeños que él se acercaban a él buscando algo más que solo amistad, siendo rechazados sutilmente e ignorados olímpicamente.

-Heeseung- llamo una voz entrando a la cocina que él mayor reconoció, anhelando que no fuera esa persona y evitando darse la vuelta.

Mierda.

-No pensé verte aquí, ni que vendrías- dijo K poniéndose frente al chico, dándole una hermosa sonrisa mostrando sus hoyuelos.

Heeseung pidió que la tierra se lo tragara y lo escupiera en cualquier lugar menos en Corea o Japón.

-No iba a venir- dijo el omega sin mirarlo y tomando otra papa frita de la mesa.

El alfa mayor rió -Si sigues comiendo así engordaras.

La sangre del omega comenzó a hervir tras ese comentario.

-Puedo y comeré lo que quiera K, gracias por tu consejo pero lo ignorare- dijo llevándose otra papa a la boca y dando un trago de su soda de cereza.

K lo miro comer y Heeseung intento descifrar esa mirada que le dio, no era una mirada lujuriosa como los alfas que lo miraban en ese momento, era una mirada de anhelo, algo cálida y tal vez hasta triste.

-Heeseung yo- fue interrumpido por el omega.

-Lo que sea que quieras decir- hablo el de delicioso aroma a duraznos -No me importa, así que mejor ve y disfruta la fiesta.

K bajo la mirada por un segundo, pensando en qué decir.

-Yo no me iré de aquí- dijo Heeseung al cabo de unos segundos al ver que el japonés no se movía y solo atinaba a morder la piel de su labio en un signo de nerviosismo.

-Escucha, Hee- comenzo el japonés -Se lo que pasó hace unos años, pero de verdad te amo- expresó el mayor mirando a los ojos al Omega que muy difícilmente podía ser vencido con unas simples palabras - Estoy seguro de que Selene nos eligió para estar juntos, y si me dieras otra oportunidad.

El japonés fue interrumpido nuevamente pero esta vez por las dulces feromonas del omega, pero que está vez desprendían un olor mucho más dulce e irresistible.

K fijó su mirada en los orbes marrones oscuro del omega con tiernos ojos y, embobado y un poco mareado quiso caminar hacia él.

Sin embargo, a pesar de su dulce aroma, los ojos de omega solo demostraban ira, una ira que solo él rencor de haber visto a su pareja teniendo una orgía con dos Omegas y dos alfas más podía causarle.

Una capacidad que tenían los Omegas era manipular sus feromonas para darle a entender algo a un alfa, en el caso de Heeseung, el amplificaba el dulzor de sus feromonas cuando quería manipular a un alfa, pero solo lo había hecho dos veces con el japonés frente a él.

Cuando las feromonas de un omega son dulces significa que esta enamorado, si son muy dulces y atrayentes significa que quiere reproducirse, pero si son acidas y provoca un sentimiento de malestar significa que el omega esta enojado, los alfas manifestaban la misma habilidad pero en mucho menor medida.

Por eso, K supo que el odio que el menor sentía por él era mayor a cualquier sentimiento de amor que sentía él hacía el hermoso y dulce Omega.

Porque K lo amaba, pero no lo supo hasta perderlo en esa fiesta en la que el menor lo encontró en dicha orgía. Y es que no era la primera vez que el Omega lo encontraba en situaciones similares, habia pasado tal vez 3 o 5 veces más, pero esa vez algo dentro del Omega se rompió, no aceptó disculpas, ni excusas, no lloró, ni le gritó, no pasó nada, solo entró a la habitación riendo sonoramente con Jay, su amigo, y le dijo «Que vergüenza, el cuarto esta ocupado» y salió de la habitación.

Heeseung no fue nunca más a fiestas, ni siquiera a las de estudiantes de otras escuelas.

Y dos años habían pasado de eso, mientras Heeseung vivía su adolescencia de cualquier forma menos ir a fiestas, K buscó desesperado a Heeseung, pero nadie sabía donde estaba.

El menor se cambio de escuela y comenzó a usar su nombre estadounidense, Ethan, cambio su corte y su color de cabello, su forma de vestir, incluso su forma de hablar, y como si Lee Heeseung hubiera muerto, Ethan Lee tomó su lugar como un Omega completamente deseado por muchos y que nadie tenía el privilegio de tomar.

-Lárgate- dijo Heeseung cuando el japonés llegó a él, tomando su barbilla en sus dedos y subiendo su mirada, dándole un toque imponente -¿Puedes?

Y K así lo hizo, trastabilló supremamente mareado por el dulce aroma que aún rondaba en el aire, pero haciendo su mejor esfuerzo por caminar derecho, sintiéndose ebrio de repente.

Jake se acercó a su Omega -¿Te encuentras bien?- le preguntó guardando su distancia y ocultando su sonrisa.

Heeseung tomó un trago de su bebida -No es como si me afectará el pasado- respondió siendo genuinamente sincero.

Y es que para Heeseung, el pasado era eso, pasado, eran memorias a veces malas que te formaban como persona, y en parte él le agradeció a K ese año de pareja que vivieron, porque le enseño a ser fuerte y a no dejarse pisar por nadie.

Sin embargo, la herida dolía, porque así como esas experiencias le hicieron madurar y volverse más fuerte, también le causaron enormes inseguridades sobre sí mismo, que, aunque el japonés era un tóxico indirecto, dándole cumplidos, regalos y permitiéndole todo tipo de cosas, de alguna manera siempre lo comparaba con otra persona, diciéndole que por ejemplo «Mi ex me la chupaba mejor que tu y era un beta», «No te pongas ese pantalón, solo a los Omegas con trasero redondo les queda bien», «La Omega de Taki es menor que tu y se mueve mejor», palabras que le causaban genuinas inseguridades respecto a su físico y a sí mismo.

»»--⍟--««

𝘠𝘰𝘶'𝘳𝘦 𝘔𝘪𝘯𝘦 - 𝘌𝘕𝘏𝘠𝘗𝘌𝘕 #𝘑𝘢𝘺𝘏𝘦𝘦𝘑𝘢𝘬𝘦Where stories live. Discover now