II.

116 11 1
                                    

Paso por el pasillo, me detuve frente a la puerta del baño al escuchar el ruido de la ducha, me había hecho caso y se había ido a duchar. Me quedé unos segundos que parecieron eternos frente a esa puerta mirando el pasillo y no la puerta. Decido seguir mi camino hasta mí habitación, cierro la puerta pero sin seguro por si acaso ella necesitaba algo, aunque era un lío de pensamientos, me sentía en blanco, no podía resolver nada. Solo podría ayudar a esa chica y sin saber nada de su vida.

Me despojo de la ropa en el baño de mí habitación para poder darme un baño también, entré a la ducha y dejé que mi rostro se mojara con el agua del grifo. Sintiendo que podía relajarme a cada segundo cuando el agua tocaba mi piel. No quise tardar mucho, ya que ella estaba en la casa, y aunque confiara, quería saber que haría al estar no bajo mi mirada o mi atención. Lavo mi cabello de paso, terminando de bañarme, quitándome el jabón de mi piel y cabello, a medida que el agua viajaba por todo mi cuerpo hasta poder terminar y secarme con una toalla. Ato una toalla a mí cintura, y alboroto mi cabello frente al espejo del baño. Me preguntaba si sentía pena o deseo por ella, mientras pensé miraba las miles de gotitas de agua en el espejo debido a cuando alboroté mi cabello con una de mis manos.

Estaba tan solo a pesar de mí edad, no había conseguido ninguna mujer que me amara con sinceridad. Eso no me ponía tan triste, pero a pesar de todo, la vida me presentó a esta niña aunque no conociera nada de ella, tan sólo su edad nada más, algo tenia la vida para mí. Salí del baño hacia mi habitación, pero me quedé algo inmóvil al verle a ella distraída mirando cualquier cosa por mí habitación. Mantuve silencio y ajusté mí toalla a la cintura para no verme un degenerado. Miré una de mis camisas favoritas que ella tenía puesta, y le quedaba cómo una bata, abajo de eso, suponía que lo que cubría entre sus piernas era algún bóxer mío que le había dejado en el baño a ella, olía al jabón que le había dado y claramente, a la ropa limpia que tenía puesta.

Se dió cuenta de mí presencia y me dedicó una sonrisa que no correspondí. No me iritaba que todo el tiempo andara sonriendo o riendo, pero de alguna manera, me recordaba a mí antes, siempre sonreía.

—¿Estás cómoda?—me acerqué a mi armario para buscar ropa.

—Bastante, gracias—. Me giré para mirarla con una ceja alzada. Pero ella habló de inmediato.—Me refiero a la ropa, estoy cómoda. No quise entrar así a tu habitación, no sabía que te estabas bañando.

—¿No se oía la ducha?—indago.

—No—. Dijo segura. Pero obviamente, la ducha se escucharía y más si estaba en mi habitación. Me volví a seguir buscando mi ropa sin decir nada más. Su mirada en mi espalda era evidente, pues cuando me había volteado, me estaba mirando. No bajó su mirada.

Ella mira mis acciones, despacio sale de la habitación cerrando la puerta, y entonces procedo a vestirme. Me voy poniendo la ropa con calma, demorandome el tiempo posible, no tenía prisa de nada. Después de estar completamente vestido con la pijama, comencé a sacar las sabanas para poder irme a dormir, lo que yo mismo sabía es que esa puerta nunca había echo ruido al ser cerrada, por ende, sabía que esa niña había estado mirándome mientra me vestía. Fui camino a la puerta, cuando la abrí, no había nadie en ese entonces, pude apagar la luz de la cocina y la sala para volver a mí habitación.

Seguramente dormiría normal cómo siempre, nunca tenía pesadillas o algo por ese camino del insomnio. Pero nunca esperé que esa noche fuese distinta. Tecleo par de cosas en mí celular con la luz apagada, haciendo cuentas sobre mis ingresos debido al trabajo y los gastos. Despacio abren mí puerta, dirijo mi vista a dónde se encontraba.

The Unexpected|k.th [TERMINADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora