XII.

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Jimin se sentó a mi lado cuando decidimos almorzar juntos, le había marcado desde un teléfono público para quedar, el mismo día pudimos quedar más tarde.

-¿Cómo sigues?-me pregunta.

-Mal por no saber de Tae y mal de salud. Últimamente hasta fiebre he tenido. Pero mi madre me da medicación.

-¿Medicación sin ir al hospital?

-Sí-dije tomando un poco de agua.

-Investigué un poco, y él no ha salido del país. Alguien debe estar ocultando algo, deberías pensar un poco.

-¿Quién podría ocultarme cosas relacionadas a Tae? nadie más lo conoce.

-Tú madre quizás no lo quiera cerca de ti.-dice, y minutos después pide de comer para ambos.

-Es que mi madre me cuidó. No creo que ella esté relacionada a lo que está pasando.

-Piensa un poco, Ane. De la noche a la mañana cambió.

-Pensaré. ¿Que sugieres que haga ahora?

-Almorzar conmigo. Necesitas tener energías para ese embarazo. Luego de esto, podrías ir a tu casa a descansar, me voy a asegurar de visitar el hospital dónde ustedes estuvieron para investigar un poco.

-Me parece bien.

Ambos almorzamos juntos entre el silencio aunque no fue nada incómodo.

Habían pasado unos cuantos días que no sabía de Tae, cada día me sentía más mal. Mi madre me cuidaba. Una noche yendo al baño por las náuseas y un fuerte dolor en el vientre que me hace perder el feto. Pero mucho antes me había dado cuenta tarde. Había querido llorar, derrumbarme pero exactamente no sabía que había pasado. No había tomado nada para perder el feto, esa misma noche fui entre lágrimas a la cocina tambaleándose. Hice el menor ruido posible porque me sentía mal, quería un vaso de agua.

Busco un vaso atrapando antes que se caiga y haga un estruendoso ruido. No tardaron en salir las lágrimas, me deslizo por la pared no aparecía Tae y lo días se hacían eternos eternos él. Alcé la mirada borrosa con las lágrimas impidiendo mi visión, con dificultad en la parte muy superior pude ver algo que me llamó la atención, me puse de pie para saber que era aquél extraño frasco.

Sentí deseos de vomitar y me cubrí la boca.

-Mife...-Apenas podía leer lo que decía el frasco cuando me puse en pie.-Mifepristona.-Sólo decía eso pero no había más información alrededor, ¿qué era eso? miré el otro frasco que decía;-Misoprostol.

Meneo un poco los frasco escuchando las pocas pastillas que habían, no quedaba nada. Pero el fuerte dolor aún permanecía, agarré mis cosas esa misma madrugada metiendo los frascos en mi bolso. Salgo por la puerta de la casa sin molestarme en dejarla abierta el dolor era intenso, llegué hasta un teléfono público para avisarle a mi único amigo confiable.

-Ji...-Trago saliva antes, me dolía todo el cuerpo y pensaba que iba a perder el conocimiento.

-¿Hola?-lo escuché bien bajo, mi vista pesada.

-Jimin-lo llamo.-Me siento bastante mal, encontré unos frascos en la casa, uno decía Mifepris...-me interrumpe y escucho ruidos en el otro lado de la mañana.

-¿Mifepristona?-alza la voz al escuchar lo que le había dicho, completamente sorprendido.-Voy por ti para llevarte al hospital.

Le dije a que hospital iría.-¿Qué pasa con eso?

-Espérame ahí, no te muevas. Esas pastillas son para abortar.-Cuando Jimin dijo eso se me deslizó el teléfono hasta dejarlo, había sentido que el aire en mis pulmones se había escapado. ¿Abortar? mis pies inmediatamente se movieron para ir al hospital.

The Unexpected|k.th [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora