El Trabajo de una Concubina Imperial

Capítulo 66 - Frío y cálido

Zhuang Laoyan siguió a la multitud hasta el salón del palacio lateral de la Emperatriz. La Emperatriz y la Noble Consorte Shu ya estaban presentes. Sus cejas se crisparon. Después de que todos hubieran presentado sus respetos juntos, se sentó en su asiento.

–Hoy todos fueron invitados porque este palacio tiene una pregunta para Cairen Zhen–. La Emperatriz sopló la superficie de su té. Simplemente miró a Cairen Zhen por el rabillo del ojo. Como si fuera algo que no se puede ver en público.

Una vez que Cairen Zhen escuchó las palabras de la Emperatriz, una premonición siniestra surgió en su corazón. Sus pies giraron y luego se arrodilló en el suelo.

– ¿Qué pasa, Cairen Zhen? Este palacio aún no ha pedido nada. ¿Por qué ha tenido miedo al arrodillarse?– La Emperatriz dejó su taza de té. Ella todavía ni siquiera miró la tímida apariencia de Cairen Zhen.

–Su Majestad es la ama del harén imperial, la Madre del Mundo, y posee una presencia majestuosa. Esta concubina... esta concubina... –. Cairen Zhen no tenía mucha educación. Por un momento, no pudo pensar en un adjetivo adecuado. Cuanto más ansiosa se sentía, menos sabía qué decir.

– ¿Estás diciendo que este palacio es muy aterrador?– Arqueando una ceja, la Emperatriz miró a Cairen Zhen. Ella resopló con frialdad. –Este palacio realmente encuentra a Cairen Zhen muy atrevida. De lo contrario, ¿por qué usaste fósforo para causar estragos en el palacio?

–Su Majestad, esta concubina no sabe lo que significa las palabras de Su Majestad–. Cairen Zhen abrió mucho los ojos, sin entender por qué la culpa recayó de repente sobre ella.

–Tu nacimiento es humilde y barato. Es solo porque tienes un poco de los talentos de la Noble Consorte Shu que el Emperador te otorgó el puesto de cairen. ¿Quién hubiera sabido que envidiarías a las concubinas imperiales favorecidas, causando la muerte de una doncella de palacio y tratando de incriminar a alguien por ello? Si no fuera por el hecho de que el fósforo te traicionó, este palacio todavía estaría en la oscuridad sobre esto: que Cairen Zhen no solo puede bailar, sino que también puede planear.

No importa cómo uno mire las palabras de la Emperatriz, había una sensación de querer inspirar el odio de la Noble Consorte Shu y la Consorte Rou. De pasada, Zhuang Laoyan miró a esas dos. Hablando de eso, la Consorte Rou también era muy sospechosa. En aquel entonces, la doncella de palacio que la Emperatriz viuda había azotado hasta la muerte había sido una sirvienta de la Consorte Rou. Y la doncella del palacio que murió junto al estanque también había sido suya. Si no fuera por el hecho de que Zhuang Laoyan no pensaba que la Consorte Rou fuera tan estúpida, sospecharía de ella por ambas muertes.

– ¡Su Majestad, esta concubina fue acusada injustamente! Esta concubina no sabe por qué alguien moriría junto al estanque, y aún menos sabe por qué ocurrió algo tan extraño. ¡Que Su Majestad investigue con claridad! – Incluso si Cairen Zhen fuera estúpida, aún entendería que la Emperatriz estaba hablando sobre lo ocurrido en el estanque de loto del Palacio Xihe. Sin embargo, ¿qué tenía eso que ver con ella?

–Grita que ha sido acusada injustamente, pero uno teme que se pregunte cómo se expuso este asunto–. Entonces la Emperatriz preguntó perezosamente: –Ya que dices que no lo sabes, ¿por qué te das cuenta de que sucedió algo extraño en el estanque de lotos? El Emperador había puesto una orden de silencio sobre este asunto. Una Concubina Imperial ordinaria no se daría cuenta de lo que sucedió. Entonces, ¿por qué lo tienes tan claro?

–Después de que esta concubina dejó mi residencia, esta concubina escuchó casualmente a dos doncellas de palacio hablando de esto desde detrás de una montaña artificial–, espetó Cairen Zhen. – ¡Este asunto no tiene nada que ver con esta concubina!