El Trabajo de una Concubina Imperial

Capítulo 89

– ¡Están yendo demasiado lejos al intimidar a los demás!– dijo Liangyi Hu en voz baja con los dientes apretados, enojada hasta el punto en que los ojos estaban inyectados en sangre, lo que la hizo lucir demacrada.

–Maestra, no debe enojarse–, dijo su doncella de palacio Yuzhu mientras le servía una taza de té caliente. –El Segundo Príncipe ahora ha sido entregado a Su Alteza Noble Consorte Xian para que lo críe. Es inútil incluso si te enojas, y solo estarías dañando tu salud en vano.

Cubriéndose la boca con un pañuelo para controlar su tos, Liangyi Hu tosió hasta que ya no le dolió tanto. –Aunque Segundo Príncipe tiene una personalidad sencilla, es poco probable que llegue a ser tan impulsivamente estúpido. Parece que hay personas con intenciones instigándolo. De lo contrario, ¿por qué haría algo como esto?

– ¿Podría ser la Noble Consorte Xian...?– dijo Yuzhu con vacilación. –A ella no parece gustarle el Segundo Príncipe.

–Aunque no es la persona más inteligente del harén, siempre ha usado su cerebro al hacer cosas. Es poco probable que ella use un método tan estúpido. No importa cómo se diga, ahora mismo el Segundo Príncipe está siendo criado bajo su mando. Que algo así haya sucedido tampoco es beneficioso para ella –. Liangyi Hu se burló. –En este momento, ¿quién se beneficiaría más de esto?

–Es... Xianrong Zhao–, gritó Yuzhu, antes de apresurarse a contener su lengua. Luego dijo: – ¿Pero por qué Xianrong Zhao haría esto?

–A este harén nunca le faltan mujeres que buscan venganza por los agravios más pequeños–. Liangyi Hu reveló una sonrisa sombría. –Cuando era Consorte, conspiraba contra ella. Ahora que estoy deprimida, ella conspiró contra mí. Solo es natural. Ella realmente puede mantener la compostura, sin causarme problemas en la superficie todo este tiempo. Incluso sus métodos son tan cuidadosos. Uno temería que en el corazón del Emperador en este momento, ella sea una parte herida.

Mientras la maestra y la sirvienta hablaban, tocaron a la puerta. Yuzhu se apresuró a abrirla. En la puerta había un eunuco de la corte vestido de azul que llevaba una caja de comida y la impaciencia pintaba su rostro. Al verla abrir la puerta, dijo: –Esta es la comida del mediodía de la Maestra Hu.

Yuzhu lo recibió con cuidado y abrió la tapa para echar un vistazo. Sin embargo, lo que entró en su campo de visión fueron solo dos tipos de guarniciones demasiado salteadas y un plato de arroz que no tenía vapor. No pudo evitar preguntar: –Gongong, ¿por qué son solo estas cosas?

– ¿Sigues pensando que tu maestra es Su Alteza Consorte Ning?– El eunuco la miró con desdén. –Ella es sólo una Concubina Imperial que cometió un crimen ahora. ¿Por qué está pensando que sigue siendo una concubina favorita?

Después de eso, se dio la vuelta y se fue, sin perder una mirada a la expresión de Yuzhu.

Yuzhu miró la figura de la espalda del eunuco, la ira se atascó en su corazón. También le preocupaba que Liangyi Hu hubiera escuchado sus palabras, por lo que solo podía llevar la caja de comida al interior.

Pero Liangyi Hu, de hecho, había escuchado su conversación con claridad. No pudo evitar sonreír con amargura. El harén imperial era así: los vencedores se lo llevaban todo. Quien perdiera sería intimidado incluso por los sirvientes.

Qué lástima que haya subestimado a Zhuang Laoyan en el pasado. Con una personalidad tan capaz de soportar junto con tan grandes medios, naturalmente tendría un lugar en el harén imperial.

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–Las tripas de oveja y los brotes de bambú de hoy están un poco recocidos–, dijo Zhuang Laoyan, dejando sus palillos. Un poco arrepentida, agregó, –Es raro tener brotes de bambú tan frescos. Qué pena.