Capitulo 6

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Era igual que en las fotos, sólo qué al tenerlo por fin adelante, parecía más alto que en lo que imaginaba.
-Se acabó. Suelta las armas, ponte de rodillas, antes de que le vuele los sesos a tú amigo.
Él metió una de las manos en los bolsillos, mostrando un teléfono en la mano mientras que las levantaba a las dos lentamente.

- vaya Sharon, ganaste. Iba a ser yo quien te cayera de sorpresa después de rastrear tu número.

- Ríndete idiota. Pongan las armas en el suelo.

-Está bien.. Supuse por su sonrisa que debía correr. Esperé que dejarán las armas, pero él en un movimiento rápido presionó el gatillo y disparó hacia el tipo que tenía como escudo.

Enseguida me tiré hacia el costado izquierdo, para que no me llegara a pasar lo mismo.
Maldición. No debía haberle metido solo aquí.
Preparé el arma, está vez debía de utilizarla.

-Sharon... He leído tu información...

Además tú hermana ha hablado de ti antes de qué ... Bueno... Ya sabes...
Sentí una oleada de las que te dejan sin aliento. Mi indiferencia se fue disminuyendo al sentirlo hablar.

- No sé cómo apareció este teléfono, pero, siendo sinceros, ¿en verdad creíste que te contactaron por un número aleatorio en la agenda telefónica?

Apreté el arma en mi pecho. Sentí los pasos de alguien, el cual parecía ser el otro hombre muy cerca de mí, intentando encontrarme.

-La cuestión es qué su corazón fue muy útil... Al menos logramos adquirir 50 mil dólares en su honor.

Intenté no comprometer mi resguardo tras una mentira. Pasaba muchas veces, había estado con mucho enemigos que hablaban sobre casuales pérdidas familiares intentando derrumbarte.

Unas piernas aparecieron ante mí, sobresaltándome, logrando rápido una defensa de alarma.

Tres disparos sonaron en el espacio. El hombre quedó en el suelo, sin vida, mientras yo derramaba sangre por causa de una bala que entró en mi brazo izquierdo.

- Sharon... ¿Estás bien?- preguntó incrédulo tras el silencio que se había originado-.

Sentí sus pasos. Ser zurdo en este momento no me servía para nada. Mi mano derecha no estaba entrenada correctamente para disparar.

-Sharon...

El dolor volvió a perseguirme después de dos años. Era un dolor repugnante, un dolor profundo, que viene de adentro y se acomoda en todo el cuerpo en busca de hacerte su presa. No había sentido esa clase de dolor desde qué vi aquel niño iraquí morir en frente de mí.
Los pasos se acercaban y cada vez mi mente dirigía una nueva dirección de auto-sufrimiento.

Hasta qué un golpe sorprendió hasta mis más graves sentimientos, dejándome atento casi aguantando la respiración.

-¡¡ Manos arriba Fisher !!

A Christmas Miracle •Where stories live. Discover now