Capitulo 9

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A pesar de haberse acostado a una hora decente y haber despertado incluso un poco después de su horario habitual, no fue suficiente para que Stiles se sintiera con energía.

Arrastró sus piernas con desgane hasta llegar a su baño y echar un poco de agua fría en su cara para alejar toda esa pereza que cargaba. Bajó las escaleras y salió de su casa, tomando su mochila y las llaves de su Jeep.

Al entrar en su camioneta y colocarse el cinturón, se dio cuenta que su vista estaba algo borrosa. Creyó que eventualmente se desvanecería al paso de los segundos, pero nada de eso ocurrió. Aún así encendió el vehículo y condujo hasta la preparatoria.

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Las primeras clases fueron un duelo difícil de ganar. Su vista volvía a la normalidad momentáneamente antes de regresar con ligeros cambios bruscos. Era difícil concentrarse ya que el cansancio lo hacía cabecear.

Por suerte, aquel infierno terminó, pero estaba más que claro que no iba a durar mucho tiempo. Su descanso solo era de media hora, por lo que tendrá que regresar al mismo agobio por otras horas más.

Stiles caminó hasta la salida de la preparatoria y miró sin un objetivo fijo hacia el bosque que se encontraban frente a él, como si esperase a alguien.

Espera, ¿Que acaba de ocurrir?  Pensó desorientado el castaño. Solo divagó un momento por sus pensamientos y cuando se dio cuenta, ya estaba afuera de la escuela.

Fue extraño y aterrador que su cuerpo haya caminado involuntariamente hacia el exterior solo para observar el denso bosque. Ya consiente, intentó regresar por dónde vino, pero un malestar atacó con rapidez su cerebro. Un mareo más agresivo que los que tenía lo paró en seco.

Aquel chico se tambaleaba por esa horrible sensación, pensaba incluso que se iba a desmayar. Para su fortuna o su desgracia, un adolescente salió por las puertas de la preparatoria, encontrándose con él.

- ¿Otra vez tú? — Liam, el bajo muchacho del día anterior, recriminó la extraña coincidencia.

Stiles no dijo nada, Estaba demasiado ocupado intentando no desmayarse.

Cuando Dunbar notó que los movimientos de Stiles eran torpes y erráticos, no dudó en acercarse.

- Oye, ¿Estás drogado? — indagó, con clara insinuación a las acusaciones de ayer.

El joven castaño se giró de golpe, provocando que su mareo se intensificara y cayera directo hacia Dunbar. Los reflejos de Liam supieron reaccionar a tiempo y tomaron el frágil cuerpo de Stilinski en el aire.

Todo pasó tan rápido. Liam solo salió tan tranquilamente para recibir a su amigo Mason, y ahora tiene a uno de tercero en brazos, con la sospecha de que haya consumido sustancias y no sabe que hacer ahora.

Y como había explicado hace un momento, Mason no tardó en llegar, pensado en saludar cortésmente a Liam, pero al ver la situación en la que se encontraban ambos chicos, supuso rápidamente que algo andaba mal.

- ¡Amigo¡, ¿Que pasó? — fue lo que salió del joven de tes oscura.

- Ehh, no tengo idea. Ven, ayudame a llevarlo a la enfermería. — pidió ansioso el otro adolescente de ojos azules.

Ambos amigos colocaron los brazos de Stilinski sombre sus hombros y no esperaron más, fueron lo más rápido que se les permitió a la enfermería de la escuela.

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Al cabo de unas horas, Stiles y Liam se encontraban en la enfermería, esperando al papá de Stiles para que se pueda retirar a descansar.

Había un silencio, no incómodo, sino algo tenso. Hace apenas un día, estos dos jóvenes habían tenido un desacuerdo, y ahora están sentados uno al lado del otro. Está de más decir que era algo raro.

- ¿Siempre te pones así? — inició preguntando Dunbar sin hacer contacto visual. — Digo, por qué de ser así; Lacrosse es el último deporte que te recomiendo practicar. Puede ser peligroso para tu salud.

- Gracias por la preocupación, pero no. Llevo así solo unos días. — Stiles tardó un momento en contestar con leve frialdad.

Unos segundos de silencio volvieron a tomar poder en el ambiente antes de que la plática siguiera.

- ¿Hace cuanto empezó? — Liam volvió a indagar, pero esta vez observó con sutileza al castaño.

Stilinski quedó en silencio, Pensativo. Se tomó el tiempo para brindar una respuesta.

- Un mes... — habló, soltando un suspiro con aflicción al final.

Escuchar sobre el tiempo que Stiles pasó con aquellos síntomas hicieron que Liam se sorprendiera. Pero no iba a hablar más al respecto, se sentía algo extraño hablar con alguien que acabas de conocer sobre sus problemas de salud.

Y en mitad de ese silencio, Stiles decidió girar unos cuantos centímetros su cabeza para observar al adolescente que lo ayudó momentos atrás.

- Gracias. — una palabra, pero salió directo del corazón.

- No te preocupes — Liam se enderezó. — Lo importante es que estás bien. — marcó una ligera sonrisa al final.

Para ambos, el ambiente se tranquilizó después de esa pequeña pero agradable charla. Stiles ya no se sentía tan a la defensiva, pero este pequeño acto de humanidad no significa que ahora confía en él ciegamente. Digamos que Liam se convirtió en el tipo de persona a la que puedes prestarle un lápiz sabiendo que lo devolverá, mordido, pero lo hará.

El sonido de suelas siendo arrastradas por el pasillo encerado hizo qué ambos chicos giraran su cabeza, encontrándose con el papá de Stiles caminando hacia la banca dónde se encontraban.

Stiles se levantó y alcanzó a su padre a medio pasillo. Ambos se abrazaron cuando estuvieron lo suficientemente cerca.

- Ah, hijo. Vine en cuanto me llamaron de la escuela. ¿Te encuentras bien? — su padre preguntó con inquietud.

- Si, papá. Fue un simple mareo, eso es todo. — Stiles intentó minimizar la gravedad del asunto.

- No, Stiles. Cualquier cosa mala que te pase, por más insignificante que parezca, me preocupa... — el sheriff habló con desacuerdo sobre la falta de preocupación de su hijo.

Cuando Noah se dio cuenta de que él y Stiles no se encontraban solos, miró hacia su costado izquierdo, encontrándose a Liam parado, observando en silencio.

- ¿Tu eres el muchacho que trajo a mi hijo a la enfermería? — le preguntó al adolescente de primer grado que se encontraba detrás de ellos.

- S-si señor. —hablar con un uniformado lo puso ligeramente nervioso. — Me llamo Liam.

El sheriff se separó de los brazos de su hijo y se acercó hacia Dunbar, quien se tensó por la imponente presencia de ese señor.

- Muchas gracias, Liam. - el señor Stilinski extendió su mano, lista para ser estrechada.

No tardó tanto tiempo para que Liam correspondiera el amable gesto por parte del sheriff del pueblo.

- Bueno.. — Noah giró nuevamente hacia su hijo. — Vamos, Stiles. Necesitas descansar.

Padre e hijo caminaron para llegar a la salida. Y antes de eso, Stiles miró por última vez a Liam, quien al darse cuenta de ello, se despidió amablemente de él con un movimiento de mano, siendo correspondido por una sonrisa por parte de Stiles.

La familia Stilinski se subió a su patrulla y se marcharon de las instalaciones de la preparatoria.

ANIMAL - ScilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora