Capitulo 10

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ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀ:

(ᴇsᴛᴇ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ɴᴀʀʀᴀʀᴀ́ ᴅᴇ ᴍᴀɴᴇʀᴀ ᴇxᴘʟɪ́ᴄɪᴛᴀ ᴀʟɢᴜɴᴏs sᴜᴄᴇsᴏs ɴᴏ ᴀᴘᴛᴏs ᴘᴀʀᴀ ᴛᴏᴅᴏ ᴘᴜ́ʙʟɪᴄᴏ, sᴇ ʀᴇᴄᴏᴍɪᴇɴᴅᴀ ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ ᴅɪsᴄʀᴇᴄɪᴏ́ɴ.)

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Era un nuevo día para los habitantes de Beacon Hills, y sin duda, un agobiante día de clases para los estudiantes de la preparatoria.

Debido a la gran insistencia de Stiles por asistir a la escuela, un intranquilo padre dejó a las afueras de la escuela a su hijo. El sheriff insistió una última vez para que Stiles desista de ir a estudiar, cosa que fue en vano ya que Stilinski negó rotundamente seguir acostado en su cama.

Stiles se despidió de su padre e ingresó al instituto de Beacon.

¿Se arrepentía? Por supuesto que sí. Stiles no se encontraba en las mejores condiciones, pero no quería sentir las sábanas de su cama abrazar su cuerpo. No otra vez.

Aún con los mareos y el cuerpo débil, el terco castaño entró a las primeras clases del día.

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Está de más decir que este día ha sido uno de los peores que Stilinski haya tenido. Afortunadamente no pasó nada grave con respecto a su salud, pero los síntomas que presentaba no dieron tregua alguna.

Con la poca energía que aún conservaba, el muchacho pálido logró llegar hasta su Jeep, que quedó aparcada desde ayer, y subió en ella.

Retrocedió para poder sacar el vehículo y se dispuso a llegar a su hogar.

Con casi media hora de camino, el adolescente tuvo que frenar debido que el semáforo marcó el alto. Stiles tomó ese pequeño descanso que tenía y miró hacia los lados para distraerse un poco.

Fue un poco sospechoso ver la patrulla de su papá aparcada en un establecimiento que, al principio, no le dio la importancia que merecía. Pero al regresar la vista hacia aquel lugar, se dio cuenta que ese negocio era la veterinaria de Deaton.

Dudaba fuertemente en si su papá visitaba a Deaton por ser su amigo o si necesitaba alguna respuesta para algún caso sobrenatural. Sus dudas se evaporaron luego de ver cómo su padre salía de la veterinaria y subía a su patrulla.

El castaño logró agachar su cabeza, como si eso fuera a ocultar su presencia en el lugar, solo se le olvidaba un ligero detalle; la Jeep que estaba parada a media carretera, literalmente.

Para su fortuna, el sheriff se marchó del lugar sin notar la sospechosa camioneta que permaneció estática hasta su retirada. Una vez la patrulla dejó de ser visible en el asfalto, Stiles regresó a su posición normal y condujo con sutileza hasta las afueras del local. Salió de su camioneta y entró por las puertas.

- ¿Se te olvidó algo, Noah? — se escuchó la voz de Deaton desde el otro lado de la habitación.

Stiles parecía nervioso, pero aún así decidió hablar.

- D-deaton, soy Stiles... Otra vez. — respondió el castaño con la garganta envuelta de los nervios.

El silencio inundó la salsa de espera, hasta que una cabeza con escasez de pelo se asomó por la entrada del área donde operaban animales.

- Oh, Stiles. Que pena que no te pueda atender, ¿Te importaría venir mañana? — pidió nerviosamente el veterinario. — Ya estamos por cerrar y- — fue interrumpido bruscamente.

ANIMAL - ScilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora