04.

70 7 0
                                    

"Criminal. Tu veneno letal se ha esparcido en mí".

-Venom.

-PMJ-

Me levanté pesadamente de mi cómoda, sintiendo la incomodidad en todo mi cuerpo, haciéndome saber que había dormido en una mala posición durante la noche. A quien engañaba, ayer fue el día más intenso desde que comencé a trabajar en esa cafetería, ni siquiera me había importado llegar a mi habitación sin despojarme de mi uniforme. Recordé que había tenido un sueño con aquel chico rubio de largas piernas. Soñaba que me había besado, y no era el típico beso tímido e inocente, pues había subido de intensidad, hasta el punto en donde no solo compartíamos la unión de labios.

Me di leves golpes en las mejillas al pensarlo.

Dos toques en la puerta me habían hecho salir de mi trance.

— Min, ya está el desayuno. - Era Seonghwa desde afuera. — ¿Ya viste qué hora es?

Me levanté de la cama y fui a mi mesita de noche, tomé mi teléfono y presioné el botón para que esté se iluminara. Suspiré pesado al ver varios mensajes, pero específicamente la razón había sido otra cosa.

Diez de la mañana. Me quedaban tres horas para volver a ir a mi trabajo.

—Agradece que me tomé la molestia de lavar tu uniforme de los sábados. — volvió a hablar tras no recibir respuesta de mi parte.

Por supuesto que sí.

Agradecía que tenía a mi hermano quien me ayudaba en un momento de apuros. Ayer con el sinfín de clientes me había quedado exhausta hasta el tope. No era la única, Jisung también lo estaba, ese fue aquel mensaje que leí fugazmente entre los otros de la bandeja de notificaciones.

Me acerqué a la puerta y giré la perilla. La expresión de mi hermano cambió a una de preocupación. Aquello me estaba contagiando.

— ¿Estás bien? - seguramente se dió cuenta de mi aspecto y mi cara aún somnolienta.

— Solo fue un día cansado. - respondí levantando los hombros, restando importancia.

Volví a adentrarme a la habitación y caminé hasta el baño para lavarme la cara y los dientes. Me observé detenidamente en el espejo del lavamanos. Podía ver el cansancio en mis ojos, pero sabía que podía soportarlo. Recordé múltiples conversaciones con mis padres, ambos querían que permanecieran en su hogar porque no querían estar lejos de su única hija.

Cuando había tomado la decisión de mudarme con mi hermano, no solo estaba haciéndome a un lado de las preferencias de mis padres, también aquella idea de depender económicamente de ellos. No me agradaba que el reconocimiento fuera solo para mí y mis habilidades, mi hermano mayor merecía lo mismo. Seonghwa jamás me reprochó lo que mis padres hacían por mi bien, solía decirme que era algo normal cuando se trataba de ser la única hija.

Me puse en mente ser alguien distinta e independiente, por lo que tenía que aprender a trabajar desde cero. Justamente en el primer momento en que mis pies tocaron el piso de esta casa, no dudé ni un segundo en buscar un empleo, terminando por conocer aquella dichosa cafetería. Y más tarde, después de aquel momento en que me había enterado que los Kim volvían a Corea, me envolví en mantos de temor mezclado con dolor. No quería volver a ver a aquella familia. Estaba pensando pacientemente sobre la idea de irme a Japón.

𝙎𝙥𝙞𝙙𝙚𝙧𝙬𝙚𝙗. - 𝙃𝙃𝙅. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora