𝙎𝙥𝙞𝙙𝙚𝙧𝙬𝙚𝙗. - 𝙃𝙃𝙅.

15.

༆

-HHJ.-

No volví a reunirme con Serim. No después de lo qué pasó. Al ver aquella escena me sentí un poco confundido.

Dolido.

¿Minho hablaba en serio?

Aunque ayer tras volver a casa, la rubia insistía que era lo mejor haber saludado a mi amigo, la verdad era que no quería que ambos nos encontraran juntos. ¿Por qué siento una punzada cuando se trata de Minju? ¿Por qué me siento tan diferente con Serim?

Quería odiarla, más sin embargo, de mí no salía.

Haber visto a Minju llorar en mis brazos una sola vez fue el único motivo por el cual no podía hacerlo. Especialmente porque en ese mismo momento una persona tomó lugar en mis memorias.

Recordé a mamá.

"El odio es una enfermedad que enferma el alma, igual que la envidia, Hyunjin. A pesar de la maldad y la avaricia mundana, no olvides seguir siendo tú. No permitas que el odio, la avaricia, la maldad y la envidia te controlen".

"No seas como tu padre. Jamás".

Recordé la mañana lluviosa en donde la había encontrado llorando en su habitación, había discutido con papá. Su mejilla enrojecida dejaba en claro cómo habían terminado las cosas. Yeji y yo teníamos doce años cuando nuestros padres habían tenido perjuicios, yendo de mal en peor hasta que mamá no fue lo suficiente fuerte para enfrentar más a mi padre.

Se había quitado la vida.

Las palabras de mamá volvieron nuevamente a mí en la mañana lluviosa de un martes. Era como retornar por un momento al pasado, retroceder nueves años atrás. Había sido una sacudida en todo mi cuerpo para advertirme una vez más que estaba olvidando algo.

La estaba olvidando a ella.

Recordé entonces que mi madre me había dicho que la empatía era una virtud, un gesto con el que debías actuar frente al mundo— incluido tus enemigos—. Pero ¿Cuando he sido empático? ¿Si quiera Yeji y yo aún guardamos esas últimas palabras? ¿Las hemos arrojado al baúl de cosas menos importantes de nuestra vida?

Mamá jamás odió a papá por todo lo que le hizo, al contrario, lo amó y mucho. En consecuencia, decidió desaparecer de la faz, asumiendo que una vez más papá le había vencido. Ella siempre temió de papá aún en sus intentos de enfrentarlo. Ella lo enfrentaba por defendernos, por defender nuestro futuro.

Me sentía tan miserable por no haber sido lo suficientemente comprensivo con Minju, con aquella herida que temerosamente me había mostrado. Al haberla visto esbozarle una sonrisa a Minho, sentí mil punzadas al pecho. Como si muy en el fondo, yo deseaba recibir ese gesto. Envidié a Minho. Lo único que ella pudo regalarme es una triste imagen de una chica que se rompía cada vez más. Yo era el tonto que no podía siquiera brindarle la calidez a su corazón. Solo ella podía entender lo que era una verdadera pérdida. Ella había pasado lo que yo pasé. Lo que nos hacía diferentes era que ella ahora estaba completa. Rodeada de personas que la amaban. La apreciaban.

Yo me sentía solo.

Que patético eres, Hwang Hyunjin.

¿Por qué razón me estoy compadeciendo de ella? ¿Estoy confundido? Si. Y es por el hecho de que su felicidad me causaba una molestia. Había llegado a mi vida de una forma inesperada, tomando un lugar especial en los corazones de mis amigos —especialmente en Minho—. Ella estaba en todas partes, podía incluso soñarla. Aunque intentara de cualquier forma actuar tan estúpidamente soberbio con ella, ella se convertía en una presa.