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Ese mismo día".

HHJ.

Suspiré pesado mientras me dejaba caer en la cama y llevé mi vista al techo. Había vuelto de la casa de los hermanos Park. La inquietud no me había dejado en paz desde la madrugada y aunque quería creer que todo estaba bien, la realidad era todo lo contrario. En mi corazón se había alojado una ansiedad inmensa. Minju incluso parecía no estar bien esa misma mañana y tenía la creencia de que al ver a su hermano, intentaría poner una expresión más distinta.

Antes de llegar a su casa, habíamos acordado que saldríamos el fin de semana después de su trabajo, a lo que ella pese a su inexpresividad había aceptado, me había dicho que si todo iba bien en el transcurso de la semana, lo festejaríamos en nuestro sitio secreto.

Lamentaba decir que no podía creer en aquellas palabras, era evidente todo lo que estaba ocurriendo. Y tal parecía que la castaña quería hacerme creer que no estaba pasando nada cuando realmente ella estaba siendo incapaz de quitarse la venda de los ojos.

Cerré los ojos un momento, dispuesto a tomar una siesta, pero el sonido de mi celular arruinó mi atmósfera y maldije en mis adentros por aquello. Me reincorporé de la cama, saqué mi móvil del bolsillo y lo llevé a mi oreja para atender la llamada.

— What's up, bro? — la voz del pecoso fue la primera en hacer acto de presencia, haciendo disipar mis pensamientos negativos. Quizás, lo que necesitaba en estos momentos era un poco de ayuda. Hablando. Desahogándome.

— Hey, Félix. — respondí, intentando sonar lo suficientemente animado.

— ¿Estás en casa?

— Claro.

— ¿Te importa si voy a verte? — el suplicio en su voz fue evidente. — Estoy aburrido y hoy Minho dijo que podíamos tener la tarde libre.

Aquello último se me había hecho sospechoso, pero no lo suficiente como para tomarle importancia. El mayor solía darnos los días libres para entrenar a nuestros alumnos más avanzados, quise darle credibilidad al dichoso evento pendiente que se aproximaba en unos días. Tenía noción por invitar a la castaña, siempre y cuando, todo haya mejorado para ella.

— De acuerdo.

— Te veo en veinte. — en dos por tres, habíamos finalizado la llamada.

Continué haciendo limpieza en toda mi casa para recibir al menor de los tres, era mi excusa para no continuar sobrepensando en lo ocurrido. Tenía la expectativa que Minju me llamaría para contarme cómo había llevado su día, pero tal parecía que yo no era la opción adecuada para su pesar. Debía entenderlo, aunque en el fondo quería que ella me buscara.

Y tal como lo había dicho el menor, había llegado en menos de veinte minutos; como de costumbre, había entrado sin avisar, aterrizando en mi sofá. Su cuerpo que permanecía boca arriba temblaba debido a la risa que había soltado por mi ceño fruncido — provocado por su falta de modales, siquiera para saludarme—. Sus orbes achinados se dirigieron a mí.

— Que gusto verte, Hyung.

— Más bien que sorpresa volverte a ver después de lo de Minho. — respondí, haciendo un recuento de nuestra última charla.

A veces llegaba a pensar que Félix tenía alguna intención de por medio, la cual podía ser la razón por la que desconfiaba de Minho y de mí. De los tres, él era la única persona que podía tener más contacto con Minju en momentos como este. Y ahora mismo estaba pensando en que el chico aún seguía actuando de esa forma. Como un oponente a quien le sonríe a su adversario, con hipocresía. Y por mucha que había sido mi desconfianza por el pecoso, mis ideas eran descartadas tras el recordatorio de que el chico estaba en una relación con el amigo de Minju. Y conocía a Félix, era un fiel enamorado. Era bastante notorio.

𝙎𝙥𝙞𝙙𝙚𝙧𝙬𝙚𝙗. - 𝙃𝙃𝙅. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora