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La imagen no dejaba de ser impresionante: seis millones de beerds cubrían los cielos del mundo formando una cuadrícula perfecta unos diez kilómetros por encima de la superficie, titilando en rojo con un ritmo casi hipntótico que tenía a prácticamente todo el mundo viendo hacia las alturas, sin saber realmente lo que estaba pasando.

"...todos los intentos por contactar a los dirigentes del Proyecto Feng Popo en la Universidad de la Academia China de Ciencias o a la directiva de Neotenia Global Systems han sido inútiles...", informaba un reportero de CNN en aquella pantalla virtual que se proyectaba en el pasillo más amplio que se formaba en medio de aquel "mundo" de anaqueles y vitrinas repletos de computadoras cuánticas interconectadas por kilómetros de cables.

—Y eso es solo lo que podemos ver —dijo Patricio apuntando un señalador láser sobre un ícono de la pantalla virtual, la cual se dividió en dos, en una mitad mostraba un mosaico de noticieros de todo el mundo y en la otra, un globo terráqueo giratorio salpicado por millones de puntos más —los amarillos son los beetworms de Hammer Fist y los azules los fathoms de Ran, cada uno un kilómetro por debajo del nivel medio del mar.

—¿También están formando una cuadrícula? —preguntó Ngema, limpiándose la sangre de los labios con una servilleta.

—Sí —afirmó secamente Pato —cuatro millones de fathoms y dos millones de beetworms que se corresponden exactamente con la cuadrícula de beerds.

—>¿Y qué están haciendo ahí?< —quiso saber Alba.

—Todavía no lo sabemos —admitió Cartwright limpiándose la sangre de la nariz.

"...¡De última hora nos informan que un escuadrón de neuro-drones de Neotenia aterrizaron en los alrededores del Instituto Noruego de Geotecnia, impidiendo la salida de los empleados y el ingreso de cualquier otra persona!", la voz alarmada de un presentador de noticias de la cadena CBS se alzó por encima del barullo de los otros noticieros.

—Sea lo que sea que están haciendo, ¿cómo los detenemos? —Ngema tomó el rifle de riel que le tendía uno de sus guardias y le hizo una seña para que lo esperara afuera de la sala.

"...¡Una tropa de neuro-drones destruyó un convoy de la policía de Beijing que se acercaba a las instalaciones del Proyecto Feng Popo!...", casi gritó un reportero de Chinese Central Television.

"...fuentes de la Fuerza Aérea informaron a CBS que dos aviones que intentaban acercarse a uno de los beerds que flotan sobre Washington fueron derribados por un neuro-dron..."

—Ni idea —dijo Patricio.

—¡¿Para eso nos trajiste aquí?! —reclamó Steelworks —Recorrimos media Europa contigo diciéndonos que íbamos a salvar al mundo y ahora no sabes qué demonios hacer.

—Toma —Patricio le tendió un aparato que parecía un termómetro infrarrojo, pero con un pequeño proyector en el extremo —para que te deshagas de toda esa basura que traes colgando y no, yo no sé cómo detenerlos, pero conozco a alguien que sí sabe.

—¡Quieres dejarte de tus misterios y tus evasivas pendejas y decirnos todo de una buena vez! —le exigió Kraken, sudando frío por el dolor que le causaba su brazo destruido —¿Quién merde sabe cómo detener esas cosas?

—La Junta Directiva —replicó Pato con una exasperante calma, a la vez que abría aquel oscuro maletín de plástico que había estado cargando todo el tiempo.

—Ja, ja, qué gracioso —Dalel hizo una mueca de disgusto, clavando los ojos en el mexicano.

—Es en serio, los únicos que saben cómo detenerlos son ellos... él... ella... eso...

Juguetes rotosWhere stories live. Discover now