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—¡Noticia de último minuto! —exclamó la presentadora de CNN interrumpiendo a su compañero, quien entrevistaba al director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias de Estados Unidos —Reportes desde Washington, DC; San Franciso, Nueva York y Seattle aseguran que los beerds más cercanos a estas ciudades han sido destruidos.

—Un momento —se apresuró el presentador —más reportes están llegando desde todo el mundo, indicando que más beerds están siendo destruidos.

—Reportes no confirmados aseguran que son los propios neuro-drones los que están destruyendo a las sondas —indicó la mujer.

—Nuestro corresponsal en Asunción, Paraguay —señaló el hombre—, nos informa que un neuro-dron se sumergió en el flujo de tierra que hace un par de horas destruyó la cancha y parte del estadio Defensores del Chaco —la cadena comenzó a transmitir un corto video de lo que el presentador describía —unos cinco minutos después, el flujo se interrumpió bruscamente y el neuro-dron ya no volvió a salir.

—Así es, David —indicó su compañera —más reportes, algunos confirmados y otros todavía por corroborarse, aseguran que son los propios neuro-drones los que están atacando y destruyendo a beerds, beetworms... sí e incluso a los fathoms.

Otro video, tomado por un celular, comenzó a mostrar un borrón blanco y rojo sumergirse en la costa frente a Mariupol, Ucrania. Unos minutos después, el chorro de agua se interrumpió bruscamente y otro borrón salió del agua, con dirección a un punto morado que brillaba en el cielo. La imagen se congeló y se alcanzó a ver la blanca silueta de un neuro-dron.

—Y acabamos de recibir la primera confirmación oficial aquí en Estados Unidos, ¿no es así, Jenny? —indicó David.

—Así es —confirmó ella —el Departamento de Policía de Saint-Paul emitió un comunicado diciendo que un neuro-dron destruyó el fathom que estaba drenando el Río Misisipi y luego ascendió para destruir al beerd que recibía el flujo de agua.

—Esto último —continuó David —fue filmado por astrónomos aficionados que tenían apuntados sus telescopios con cámaras sobre el artefacto.

—Seguiremos con esta increíble historia después de esta pausa comercial —sentenció Jenny antes del corte.

—¡Pato! ¡Patricio! —Dalel entró corriendo a la sala de servidores a través del agujero abierto en la puerta por los neuro-drones

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—¡Pato! ¡Patricio! —Dalel entró corriendo a la sala de servidores a través del agujero abierto en la puerta por los neuro-drones.

Había llegado corriendo desde la azotea del edificio, donde los androides se habían retirado hacía menos de un minuto. Tenía múltiples cortaduras, raspones, contusiones e incluso, un hombro dislocado y varias costillas rotas. Aunque la HeMa ya estaba curando las heridas más superficiales, las más profundas tomarían algún tiempo.

—¡Señorita Cartwright! —detrás de Dalel, Roger entró caminando tan rápido como su cojera se lo permitía, buscando con la mirada en cada rincón de aquella sala que, a diferencia del resto del complejo, estaba básicamente intacta.

—¡Pato! ¡Pato! —gritó Dalel golpeando con desesperación la puerta del Servidor Central y levantando sus cuatro puños para derribarla a golpes.

—¡No! ¡Dalel, no lo hagas! —por fortuna, justo cuando estaba a punto de dejar caer el golpe, Cartwright salió arrastrándose de un ducto de ventilación en una de las esquinas de la sala —Antes tenemos que saber lo que está pasando ahí dentro.

Laetitia se precipitó sobre la estación de computadora y movió frenéticamente el mouse, dando click aquí y allá en la pantalla sobreviviente, tratando de encontrar el monitor de signos vitales de Patricio y, quizá, una conexión de video.

—¡No! —exclamó Dalel llevándose una mano a la boca, al ver que la línea del monitor cardíaco estaba totalmente plana y el resto de los signos vitales estaban en cero.

—Tranquila —puede ser sólo una falla técnica —necesitamos ojos ahí adentro —Sabía que los departamentos de física teórica y física experimental tenían cámaras instaladas en el habitación, para estudiar los procesos y las interacciones entre los quarks y las cuerdas cuánticas, así que, tras batallar un rato, logró conectarse a una de ellas.

Sin embargo, nada, el interior de la sala estaba oscuro y vacío. Con ayuda de Roger y Alba, logró conectarse a las otras dos cámaras, para ver la habitación desde ángulos distintos, pero no había absolutamente nada.

—¡Patricio! —desesperada, sin importarle nada más, Dalel derribó la puerta de un solo golpe.

Los cinco, Dolores guiada por Laetitia, se precipitaron al interior de la habitación blanca y vacía.

—¡Cuidado! —previno la rubia a Kraken, quien estaba a punto de pisar una tarjeta qubit que yacía, abandonada, en el piso.

A toda prisa, Cartwright llevó el pequeño gadget a un puerto de lectura y, al instante, un cuadro de video se proyectó en la pantalla.

No podían verle la cara, ya que el video se había tomado desde una cámara en el hombro

—¡Hola, chicos, chicas y... ¿chique? —un acceso de tos interrumpió la voz de Patricio por un instante —No sé, realmente, qué demonios hice, pero lo hice. Supongo que a estas alturas, los neuro-drones ya están atacando a los beerds y en cuanto hayan terminado —se le escuchó aspirar con desesperación —creo, y enfatizo doblemente ese creo, que van a salir de la atmósfera y se van a dirigir a Marte, donde van a quedar desactivados, hasta que decidan qué hacer con ellos.

Una mano con múltiples grietas se posó frente a la cámara. —Mira, qué chistoso —dijo Patricio con dificultad —se puede ver a través de las grietas, pero todavía puedo mover la mano y no duele... mucho, aunque ahora ya sé porqué no puedo respirar... si mis pulmones están igual... en fin... que no les platiqué que en cuanto conectaron esta tarjeta, todo lo que hemos pasado en la última semana se empezó a transmitir como en veinte canales de "yutú", en un montón de perfiles de "feisbu", en "tictó" y hasta en mi "onlifás". No voy a dejar que este sacrificio mío y vuestro pase desapercibido para el mundo. Así que prepárense para la fama, niño, niñas y niñe...

Sin aviso alguno, la pantalla se volvió enteramente negra, salvo por un mensaje de texto: "PD: ya no tienen qué preocuparse por la Junta Directiva, no sé a dónde estoy yendo, pero me la llevo conmigo".


Juguetes rotosWhere stories live. Discover now