epílogo

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Sunoo había muerto a las diez de la mañana en los brazos de Sunghoon.

Su cuerpo parecía el de un ángel y su rostro mostraba una adorable y tranquila sonrisa.

Sunghoon no había dejado de llorar y pedir perdón al cuerpo inerte de su Sunnie.

Sus ojos estaban rojizos del llanto y su alma se desgarraba.

Cuando los padres de Jungwon llegaron al hospital, quedaron horrorizados al ver como su pequeño hijo acababa de perder la vida.

La madre de ambos omegas, yacía entre los brazos de su esposo, mientras este no comprendía la situación.

Meses pasaron y los padres, tras enterarse que Jungwon había sido marcado por Sunghoon, los obligaron a casarse. Los padres del alfa no habían contradecido la idea, por lo que Sunghoon y Jungwon se casaron.

Fue horroroso para Sunghoon. Él no quería estar junto a Jungwon y mucho menos tenerlo cerca suyo, pero no podía hacer nada más.

Todas las noches se arrepentía de no haber podido ser lo suficientemente valiente.

Por parte de Jungwon, él no podía hacer nada más que mirar como Sunghoon perdía sus ganas de vivir, y de sentirse culpable por lo ocurrido.

Por lo que no se sorprendió cuando una noche, el alfa amaneció muerto sobre la enorme cama que compartían.

Junto a su cuerpo, había una nota que decía "Lo siento, Sunoo" y nada más.

Había perdido la vida.

Tras esto, después de tanto tiempo, Jungwon se arrepintió.

Se arrepintió de no haber podido cuidar de Sunoo y haber sido tan egoísta, más nuevamente no hizo nada.

Sunghoon fue enterrado junto a Sunoo, por petición de los mismos padres de Jungwon, que se enteraron años después lo que había ocurrido.

Luego, Jungwon quedó solo hasta el día de su muerte.

꒰ ・ ・ ・ ꒱

Veinte años después.

Un pequeño pelirubio jugaba con el pequeño jardín de su vecino. Sus pequeños dedos acariciaban los pétalos de las margaritas, tenía una pequeña sonrisa entre sus labios.

Tarareaba una canción, con tranquilidad, hasta que un pequeño niño, un poco más pequeño que él, apareció frente suyo.

Un pequeño alfa, de cabello castaño oscuro. Estaba mirando con curiosidad a Sunoo y cuando este lo notó pegó un pequeño brinco.

— ¿Co-cómo te llamas? —Preguntó el pequeño alfa, intentando no asustar al Omega.— Soy Park Sunghoon y so-soy un alfa. —Sonríe mostrando sus pequeños dientecitos de conejo y Sunoo recuesta su mano sobre su pecho con una sonrisa.

— ¡Soy Kim Sunoo! —Grita y sonríe, creyendo haber asustado al pequeño alfa.

Sunghoon sonríe.

— Mi mami me dice que los niños no deben tocar nuestro jardín. —Sunoo tiene miedo por lo que dirá Sunghoon.— Pe-pero como eres un niño lindo, puedes hasta llevarte toodas las florecitas. —Alarga la "O".

— O-oh, gracias. —Dice Sunoo con un pequeño sonrojo, nadie le dice que es lindo, aparte de sus padres. En especial su madre, cuando habla de lo tiernas que son sus mejillas y su padre cuando dice que es muy pequeño para su edad.

— ¿Quieres ser mi amigo ? —Pregunta Sunghoon sonrojado.— Luego podemos ser novios, si quieres.

— S-sip. —Sunoo asiente y Sunghoon suelta un gran suspiro, creyendo que Sunoo iba a rechazarlo.

— Prometo cuidarte, muuuchisimo. —El pequeño alfa mueve las manos alrededor.

— ¿Po-por qué dices eso? —Pregunta Sunoo, elevando su pequeña ceja.

— No sé. Algo me dijo aquí —Señaló su corazón.— que tenía que decirte eso.

Ambos se sonríen y se toman de las manos, Park le roba un besito en la frente a Sunoo y se prometen verse de nuevo.

Esta vez, Sunghoon haría todo lo posible para que Sunoo no volviera a sufrir.

Crystal tears. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora