Capítulo 39: Nunca bajes la guardia

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—Es hora chicas.

Dijo Chariot, mientras veía lo que sucedía desde su escoba elevada a varios metros del suelo.

Solo fueron segundos, que transcurrieron como minutos, que tomó aquel momento para desesperar a Cerny.

Todo el sacrificio invertido, todo lo que sufrió, todas las vidas que tomó. Cada una de esas cosas, iban a desaparecer de esa manera tan sencilla. Fue en aquel momento en que comenzó a forcejear, tanto como le era posible. Sabía que el Hechizo del Hades es lo único que la podría derrotar, pero si pasaba ¿Quién le devolvería esas noches? ¿Ese trabajo? ¿Esas lágrimas? ¿Quién?

—Nadie...

Susurró Cerny. Tsubasa y Nozomi trataron de hacerse las sordas. De lo contrario, sabían que iban a ser las primeras en liberarla.

Esto tenía que ser hecho.

—¿Lista, Diana?

—Sí-

La chica respondió de manera cortante.

Tal fue su suerte, o tal vez, así lo quiso el destino, aquella chica dio un grito de dolor tan desgarrador que hizo que todas las mujeres adultas salieran de donde estaban escondidas.

—¡¿DIANA?! ¡¿QUÉ OCURRE?!

Akko a punto de caer en lágrimas por el estado de su amiga, se tiró hacia ella perdiendo la energía del Triskell.

—¡DIANA! —gritó Chariot para acercarse en su escoba.

No recordaba la última vez en que había volado a tal velocidad.

—¡Hanayo! Encargate de Cavendish, nosotras-

—¡TSUBASA!

Una energía hizo volar a Tsubasa y Nozomi por igual. Tanto Eli como Kotori se movieron tan veloces como pudieron para atraparlas en el aire. Hanayo se alejó, así como Nico buscó acercarse a las jóvenes. Rin y Maki eran las únicas atacantes que quedaban, pero un destello las cegó, drenando sus energías del cuerpo.

Chariot fue la única que quedó para poder ver cómo Cerny se levantaba, habiendo soltado sus cadenas con ambos brazaletes brillando en sus brazos.

No había duda, los había usado, a pesar que eso hubiera supuesto su muerte instantánea. Pero para su suerte, o su destino, pudo salvarse, y alejarse lo más que podía. Por su ruta, la mujer pelirroja lo supo:

—Va hacia la academia.

Una gran implosión se escuchó, y fue lo que despertó a todas de aquel ataque. Una gran cantidad de energía mágica estalló emitida desde el cuerpo de Diana. Fue lo que acabó con su sufrimiento y dolor, o al menos eso pensó Akko, pues sus gritos y llanto al fin pararon. Cual pluma, el cuerpo de la estudiante prodigio de Luna Nova cayó como si nada.

—¡Diana! ¡Responde! —Akko trató de auxiliarla. Chariot llegó al instante.

—¿Cómo ocurrió esto?

—Y-yo no lo sé —respondió la chica de cabellos castaños, con su cuerpo tembloroso—. Estaba bien tan solo unos instantes atrás.

—¡Chariot!

Nico se acercó junto a Hanayo, La chica de anteojos ya tenía una bolsa lista, con lo que parecía un elixir y una pequeña llama dentro, dándole color azulejo a aquel líquido. La pelinegra se acercó directamente a Chariot.

—¿Qué ocurrió?

—No sabría responder —dijo la pelirroja respondiendo a la pregunta de Nico—. Pero al parecer, su cuerpo rechazó el poder del Triskell, aunque no sé el motivo.

La Luz de la Magia Vol.1: Sombras de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora