Sisu

128 6 0
                                    

"Gracias por aparecer un día cualquiera, y cambiar mi mundo para siempre."


En toda mi vida había tenido muy claro lo que deseaba, lo que anhelaba y lo que merecía, luche durante años aún cuando todo estaba en mi contra y finalmente lo logré. Cumplí mi más grande sueño aquel que desde pequeña llevaba conmigo y al que alguna vez le tuve miedo, mas ahora era doctora cirujana y especializada en pediatría.

Mas mi vida se volvió monótona, la emoción que me causaba ayudar a mis pacientes y verlos juntos a sus familiares dejaron de llenar por completo a mí ser. Algo me faltaba mas no sabían que. Y finalmente tome una decisión quería cambiar todo de mí, quería volver a sentir esas emociones a las cuales jamás quise ponerles nombre y ahora deseaba.

En ese día, en aquel momento decidí que era momento de iniciar, y le dije a mi colega: "Te alcanzó más tarde, seguiré atendiendo a los demás pacientes." Palabras sin sentido, ¿no? Pero para mí lo fueron todo, mi horario de comida era el mismo desde hace más de cuatro años, en el hospital seguía la rutina, no la abandona, por lo cual fue un paso pequeño pero a la vez el más importante.

Mire a mi alrededor, buscando a quién atender y te escuché, te estabas quejado, no del servicio que te ofrecía la enfermera Aiko, sino por que tu orgullo había sido dañado y de alguna manera eso me desagradó. Me acerque a ti, tu brazo se veía realmente mal, una gran hematoma estaba en tu brazo, y al tocarlo vi como mordidas tus labios evitando gritar.

-Tu hueso está fracturado, posiblemente tengas el hueso roto -nos miramos, tú tan retador y firmen en tu palabra:

-No es nada, no duele... mucho -apenas y te escuché, pero yo también estaba decidida, te atendería y no pensaba que te fueras con un brazo roto.

-¿Cómo te llamas? -pregunté, nuevamente tu mirada estaba en mí.

-Sasuke Uchiha -y pensar que tú cambiaste mi mundo

-Sasuke, Soy Sakura Haruno y a partir de hoy te entenderé. Te mandaré a hacer una radiografía, por el momento solo no muevas el brazo, te sanare los golpes- y fue cuando note la presencia de ella, Karin.

-¿Cómo esta? ¿No le pasará nada malo verdad? -preguntó angustiada, ella realmente se preocupa por ti.

-No te preocupes, no es nada malo, se pondrá bien.

Tome los materiales necesarios para limpiar y cerrar tus demas heridas, tuve que ponerte siete puntadas en la pierna tenías varias capas de piel rotas. Nos quedamos solos, Karin había ido ha llamar a tus padres.

-Ésa herida no fue causada por una caída, así que dime, ¿tienes problemas en la escuela? -pregunté, eras mi paciente y mi deber era ayudarte de todas maneras posibles, más tú te mantuviste callado. No insistí más y seguí sanando tus heridas, te oí quejarte y al chocar miradas vi tus ojos llorosos y nuevamente te recordé.

Eras solo una pequeño niño de ocho años, igual de orgulloso, tenías fiebre y te había picado una serpiente por lo cual estuviste internado dos días yo era la encargada de ti, bajo la tutela de la doctora Tsunade, recuerdo que te dolía cuando te picaba con la aguja, en donde tenías la marca de mordida, más nunca te ví llorar, me parecía un gesto extraño para un pequeño niño. Aún sigue siendo un misterio el porque contener tus lágrimas.

Heridas Viejas (Sasusaku)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt