Capítulo 03

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—Ismael no puedes irte.—afirmó Sara mientras su mejor amigo recogía su ropa y ella lo miraba.

—Sara estaré bien, cuando me estabilice te mandaré mi dirección.—Sara se le puso en medio y lo miro a los ojos.—¿Que?

—Ismael no puedes dejarme...yo te quiero.

—Yo también y lo sabes—Dijo Ismael dejando la ropa que tenía en las manos en la cama y poniendo sus manos en sus hombros, Sara cerró los ojos enojada.

—Sabes de qué manera yo te quiero Ismael, sabes que no quiero que te vayas, para que estés conmigo, eres muy inteligente te has dado cuenta que no le hago caso a ningunos de mis enamorados por ti...—Sara estaba al borde de las lágrimas, de lo nerviosa y emocionada de expresar sus sentimientos en voz alta por primera vez directamente.

—Sara perdóname por no hacer las cosas bien, pero ahora lo haré para que puedas seguir adelante con tu vida con una persona que si te quiera.—Ismael se aleja y suspira.—Yo no te quiero de esa manera.—Sara cerró los ojos aguantando las lagrimas.—Sabia de tus sentimientos pero no podía rechazarte porque me duele hacerte daño, te quiero y te necesito como amiga pero no puedo evitar que sientas eso por mi, creo que lo mejor es que me mude y ni a ti te diga donde estaré, es mejor que mantengas tu distancia de mi.

—No puedes hacerme eso, te iras y no me dirás ni a mi donde estarás, gracias Ismael.—Sara se secó rápidamente las lágrimas mientras Ismael volvió hacer sus maletas.—Dime quien es...—Ismael la miró confundida.—Yo hace mucho sospecho que te gusta una mujer, pero no es ninguna de nuestras amistades, te llaman mucho por celular, aveces te desapareces y mantienes tu distancia con las mujeres ¿Quién es la mujer que ha logrado que la ames?

—Sara por favor, no hay nadie, por favor deja de torturarte pensando eso, si alguien pensaría que tengo novia dirían que eres tú, eres la chica más cercana a mi, a la cual le tengo mucha confianza, ¿Recuerdas cuando llegue a este vecindario? Tenía diez año y fuiste mi primera amiga.—Ismael se sentó en la cama.—Eres muy habladora no te callabas, me presentaste a tu familia y desde entonces siempre hemos estado juntos,—Le agarra las manos a su amiga.—Te quiero y lo sabes.—Sara asistió entre lágrimas, Ismael se puso de pie y la abrazó.—No llores Sarita.—Le besó la frente.

—Perdón...—Samara entró a la habitación y no pudo evitar escuchar la confesión de cariño del chico y su gesto de amor en la frente. Ismael y Sara se separaron lentamente en cuanto Samara entró.—Mami me envío por ti Sara porque saliste muy apurada cuando supiste que Ismael se iría.

—Si, vámonos, ya Ismael está por irse también.—Dijo Sara acercándose a su hermana.—Adiós.

—Adiós Ismael—Se despidió Samara.

—Adiós a las dos, cuídense.—Dijo Ismael mirándolas brevemente antes de seguir recogiendo su habitación.

Cuando Sara y Samara iban de salida de la casa de Ismael, Isaac quiso hablar con Samara:

—Ahora no Isaac, debo acompañar a mi hermana, ya es de noche.—Las hermanas se fueron.






—¿Qué pasó con Ismael?—Pregunte y Sara no dijo nada.—¿Te le confesaste?

—¿De que hablas tonta?—Sara me miró confundida.—Ismael de verdad es mi mejor amigo, yo lo quiero mucho y él a mi, no me gustaría que viva lejos, aquí por lo manos puedo ir a su casa a pie y esta cerca, ahora vivirá lejos, pero no me entenderías, tú y Rafael se llevan bien a pesar de la distancia.

—Rafa no cuenta, porque Rafa si es mi AMIGO.—Dije recordando a Rafael mi mejor amigo desde el kínder.—Perdóname, de verdad pensé que se gustaban, pero me alegro de que se quieran mucho, no estés triste, debes apóyalo si es lo que él quiere, déjalo ser.—Sara me miró con ojos aguados.

La encrucijada de SamaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora