Una cita con el destino (Kara Gip)

¡Y que amar también se nos está permitido Kara Zor El!

Full Ville

Kara y Lena caminaban de la mano hacia la salida en completo silencio, se sonreían de cuando en cuando, se miraban como si hace años fuese lo único que hubiesen anhelado, y mientras el ambiente parecía ser tan cómodo como mágico, la complicidad parecía ir en aumento por segundo.

El frío por su parte, corría con tranquilidad, era casi las 2 de la mañana, pero ninguna de las dos parecía estar muy preocupada por la hora, y el encuadre de una pareja en una caminata nocturna se dejaba ver a poca distancia.

Y entre tanta área verde, entre algunas hojas que descendían a esa hora, y entre algunas luces que habían quedado prendidas de la cabaña ambas mujeres se dirigían hacia la salida.

- Me gustaría decir algo... - dijo de pronto una Lena sonriente deteniendo el paso, noto que estaban a punto de cruzar la entrada, Kara desvió la mira hacia ella, sonrió

- Puedes decirme lo que tú quieras... - le dijo sonriendo de lado con ternura para luego lanzarle un guiño, Lena sonrió en respuesta, tomo un respiro, miro hacia el cielo de la noche, sonrió un momento y luego volvió hacia Kara

- Hoy... tú... has hablado sobre nosotras dos - dijo la ojiverde, Kara la observaba con una media sonrisa, comenzó a acariciar suavemente una de sus manos con su dedo pulgar - y creo que ahora es mi turno de que yo diga lo propio... - comento esto e hizo una mueca con la lengua mostrándose un tanto nerviosa, Kara sonrió ante sus gestos - y es que hay palabras... - interrumpió Lena - que han estado merodeando mi corazón desde hace algún tiempo... solo que no me había atrevido a decírtelo... porque... incluso yo creía que todo era un mal entendido mío, y que con el tiempo se me pasaría, y que terminaría diciéndome, "Hey Lena, Kara solo te gusta, y ya se te pasará", pero resulto que al final no solo era eso... - confeso, Kara se mostró algo sorprendía para luego mostrar una sonrisa, movió un poco la cabeza en negativa y se identificó con las últimas palabras de Lena, ya que ella en algún momento se sintió de la misma manera - y por ello... - dijo la ojiverde suspirando un poco - quiero ser completamente sincera contigo desde ahora... - afirmó - yo... - vacilo un poco sonriendo, Kara le sonreía de lado - al parecer no conocía a mi propio corazón... porque las últimas semanas parecieron repetirme la misma palabra...

- Amor... - la interrumpió Kara de repente, Lena se mostró algo sorprendida, pero luego atino a sonreír moviendo la cabeza en asentimiento

- Así es, amor... - confirmo Lena para luego sonreír un poco - e incluso... yo temía a ser sincera... - confirmó, Kara la observaba muy atenta, y a la vez admiraba al verla hablar tan cómodamente con ella, le encantaba ver a Lena de aquella manera, tan sincera, tan honesta, tan ella - y es que he llevado una vida de 4 años en las que me había alejado completamente de cualquier persona que pretendiera acercarse, y ahora entiendo algo muy importante... que te guste alguien... que quieras a alguien... no tiene nada de malo, ni nada de vergonzoso... y por ello... - dijo la ojiverde tomando ambas manos de la rubia, Kara la observo en todo momento - quiero decirte... sobre ciertos detalles de mi vida, de las que creo... son las más importantes, ¿Quieres escucharme? - le preguntó un tanto dudosa, Kara sonrió un poco y le acarició de una mejilla un momento para luego tomarla de una mano, la entrelazó a la suya, la alzó ante su vista, y depositó sus labios en el dorso de su mano un momento

- Puedes decirme lo que tú quieras Len, y cuando tú quieras... - murmuró Kara mientras mantenía sus labios cerca de la piel de la ojiverde, sonrió un poco para sí misma y luego bajó su mano con sumo cuidado, Lena sonrió al observar a Kara en todo momento, y es que no quería perderse de ningún detalle, no de la mujer frente a ella, y quien parecía demostrarle su afecto de una manera tan tierna como galante, y eso le encantaba, le fascinaba, porque sentirse protegida, apoyada, pero sobre todo tan amada, por la mujer de la que estaba enamorada era como alcanzar la cumbre de su felicidad ahora