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Era un martes, nuestra pareja principal había decido dejar a Tae-ho en su escuela, para luego hacer las compras de la semana. 

Cómo siempre, Hoseok abrazó con fuerza a su hijo y le dio un besito en la frente, pidiéndole que se cuidara y que fuera un buen niño. Cuando fue el turno de Yoongi para despedirse, este acarició la cabeza del menor, y comentó con una sonrisita "Sé un rebelde, Tae-ho". El niño movió su mano y susurró un "adiós" cuando sus padres se perdían por las calles.

Se dio la vuelta y caminó para entrar en el edificio de su escuela, entró en su clase y acomodó sus cosas, esperando pacientemente a la profesora. Mientras era un buen niño, justo como su padre la había pedido, uno de sus compañeros, se acercó a él y le preguntó:

— Tae-ho, ¿Por qué tienes dos papás? Nadie tiene dos papás. 

Tae-ho se quedó callado, nunca había pensado en eso, ni siquiera lo había notado.

— Es raro, eres raro. —luego de esto, varios de sus compañeros repitieron aquella frase, burlándose del niño.

Tae-ho sintió su corazoncito arder, frunció el seño; no era raro, Yoongi y Hoseok no eran raros, eran sus padres y los quería mucho. Se levantó de su asiento, se acercó enojado al niño que había empezado todo esto, y sin miedo, le pego en la cara.

— ¡Yo no soy raro! ¡Mis papás no son raros! ¡Tu eres raro!

[...]

Horas más tarde, Hoseok recibió una llamada de la directora de la escuela de su hijo. Como un buen padre, llegó la más rápido que pudo a la escuela acompañado del pálido, este ultimo, se negó rotundamente a no ir, pues estaba preocupado de que Tae-ho hubiera tomado el "Sé un rebelde" enserio.

Sin mucha espera, entraron a la oficina de la directora, en esta, se encontraba Tae-ho sentado en unos de los asientos, con la cabeza gacha, sollozando. 

Una media hora después, la pareja salió totalmente ofendida y molesta de la escuela. ¿Por qué? Por las cosas homofóbicas que las profesoras de Tae-ho les dijeron.

 Subieron al auto y emprendieron camino a la casa de Hoseok. Tae-ho no comprendía muy bien, sus padres no lo habían regañado en ningún momento, y cuando hablaban con sus maestras y la directora, estaban casi gritando.

Cuando finalmente estaban en casa, y los mayores no parecían estar tan molestos, Tae-ho se atrevió a preguntar.

— ¿Están enojados conmigo? 

— Para nada. —respondió Hoseok.

— ¿Sabes, pequeño? No es bueno que le pegues a tus compañeros, pero hoy, ese niño, sí se lo merecía. —dijo Yoongi, ofreciéndole una sonrisita cómplice al niño.

El señor Mandarinas - YoonseokWhere stories live. Discover now