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— Yoongi-hyung, te tengo una sorpresa. —mencionó el menor, mientras se mojaba los labios, emocionado.

Las ultimas semanas habían sido complicadas, Hoseok había conseguido un nuevo trabajo y le  fue muy difícil acomodarse a su nuevo horario, a sus nuevos compañeros y su nuevo jefe, casi no tenia tiempo libre, y cuando lo tenia, estaba descansando o ayudando a Tae-ho. Yoongi se sintió mal, pues recibía mucha atención por parte del menor, y cuando todos aquellos mimos y mensajes bonitos se detuvieron de repente, se sintió ignorado. Tuvieron una pequeña pelea, pero al final pudieron resolverlo todo con una cita.

En esa cita, dieron un pasea por el centro comercial, entrando a cualquier tienda que pareciera interesante, como consecuencia, entraron a una tienda donde se hacían tatuajes y piercings. Yoongi le sugirió a Hoseok hacerse un tatuaje de henna, para parejas. Había uno muy bonito que había llamado la atención del pálido, unos corazones conectados, juntos. El menor hiso una mueca y se negó.

— La ultima vez... Bah... Iré al grano, no me gustan los tatuajes.

— Era un tatuaje temporal, un tatuaje de henna...

— ¡Estabas muy triste! Y-

— No estaba triste...

— ¡Déjame continuar! —el mayor asintió, permitiéndole hablar con comodidad— No me gusta verte triste, entonces compre esto. —y sacó de su bolsillo dos pulseras— Son para parejas. Tiene tu nombre grabado...

— Oh... Hoba, gracias, es algo muy lindo. —tomó la pulserita que Hoseok le estaba dando, era negra y tenia una parte de metal, seguramente ahí tenia su nombre grabado.— "Sr. Mandarinas". —debió imaginarse algo como eso, en vez de "Yoongi" o algún apodo que el menor le había dado, en la pulserita estaba grabado Señor mandarinas.

— ¿No es bonito? Mira la mía. —el menor le acercó su pulsera, esta era blanca y al igual que la de Yoongi, tenia una parte de metal.— Dice... "El esposo del Sr. Mandarinas"

[...]

Luego de aquella sorpresa, pasaron por la nueva escuela de Tae-ho, planeaban almorzar todos juntos, como una familia.

— ¿Cómo te fue pequeño? —el niño tenia las mejillas rosadas y la respiración agitada, estaba claro que estuvo corriendo y saltando como cabra loca.

— ¡Increíble! Tengo nuevos amigos, una nueva maestra, y la escuela es muy grade, tenia miedo de perderme, pero ya no, porque la maestra me dio un "tur". 

El infante siguió relatando su día, su padre y Yoongi escuchaban atentamente. Entre anécdotas y  chistes, llegaron al restaurante, McDonald's.

—  ¡Hamburguesas! 

Eligieron una mesa en la sección de juegos. Tae-ho —obviamente— se fue a jugar y se hiso amigos de algunos niños que ya estaban ahí. Hoseok le pidió a Yoongi que cuidara a Tae-ho mientras que el pedía la comida, y así fue, el pálido estaba atento a cada movimiento que el niño hacia.

Después de unos cuantos minutos, Tae-ho se sentó al lado de Yoongi, cansado.

— ¿Y esa pulsera? —preguntó el niño, señalando la muñeca del mayor.

— Me la dio Hoseok. —acercó su mano al rostro del niño, para que pudiera ver la pulsera con más detalle.

— "Señor...Mandarinas". ¡Que bonito! —se quedaron en silencio, Tae-ho se aseguró ver cada pequeño detalle del nuevo accesorio del mayor, bastante concentrado, y Yoongi no quería interrumpirlo.— Mmm... ¿Yoongi?

— Dime.

— Tu y papá son novios desde hace mucho... —el menor parecía susurrar de un momento a otro.— Y pensé... que tal vez yo... podría llamarte... papá.

Y el corazón de Yoongi perecía explotar de amor.


El señor Mandarinas - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora