Capítulo 1

524 67 65
                                    

George empieza a dejar trazos sobre su libreta sin parar. No hay momento donde no deje de dibujar. Su vida ha sido siempre así, desde que tomó su primer lápiz antes de cumplir un año de edad.

Su familia eran grandes artistas. Todos se dedicaban a distintas ramas del arte. Tanto la familia de su padre como la de su madre eran artistas y así es como él debía seguir el legado.

Había recibido varios reconocimientos desde su corta edad diciéndole lo maravilloso que dibujaba. Fue a varias clases y distintas academias de arte de gran prestigio cuando ni siquiera había terminado el jardín de infantes.

Las paredes de su habitación estaban repletas de diplomas y medallas colgadas, todas de concursos donde había quedado en primer lugar.

—¡George! ¡Ya deberías estar en la academia! —escucha a su madre gritar desde el primer piso.

George revisa la hora y en efecto ya estaba por empezar su clase en la academia de arte. Había pasado gran parte de la tarde enfocado en un nuevo dibujo que no se había percatado de la hora.

Toma sus cosas y las guarda sin el más mínimo cuidado en su mochila. Sale corriendo por las escaleras y toma la llave antes de salir de casa.

Lo único que esperaba es que su maestro no se molestara por su tardanza. Lo había visto regañar a sus compañeros cuando llegaba tarde, pero él era su favorito y tenía las esperanzas de que no dijera nada.

Estaba a un minuto de empezar la clase y George sigue corriendo como si su vida dependiera de ello. Ya está por llegar, pero se choca con alguien accidentalmente.

Sus cosas caen al suelo y trata de recogerlas lo más rápido que puede.

—Perdón —dice George sin levantar la mirada.

—Llevas prisa, ¿no?

—Un poco —dice cortante para que la conversación se acabe ahí.

Ve como unas manos más grandes que las suyas le ayudan y por fin puede ver a la persona con la que se ha chocado.

—¿Te gusta pintar? —le pregunta el chico al tomar sus pinceles.

—Me encanta.

El chico le extiende sus cosas y George las mete nuevamente en los bolsillos de su mochila.

—Deberías cerrarlos bien —dice refiriéndose a los bolsillos—, no querrás que se te vuelvan a caer tus cosas.

—Gracias. Me tengo que ir.

George está vez va caminando. De igual forma ya iba tarde y estaba cerca. Siente como el otro chico camina detrás suyo y le incomoda un poco, pero lo ignora.

—Buenas tardes. Lo siento por llegar tarde —dice George cerrando sus ojos con el temor de ser regañado.

—Pasa, George —le dice su maestro—. Estaba explicando un poco de teoría.

George busca un sitio vacío y va a sentarse para tomar apuntes. Para George la teoría no era tan importante como la práctica, pero sus padres siempre le decían que era bueno saber de ambos y no podía contradecirlos.

Se escucha que alguien abre la puerta y todos voltean extrañados, ya que no faltaba nadie en la clase.

—¿Llegué tarde? —dice el chico con el que se había chocado anteriormente.

—¿Eres de la clase A-1? —le pregunta el maestro mirándolo de arriba a abajo.

—Sí. Recién me inscribí ayer, pero les agarraré el ritmo muy rápido.

El maestro revisa unos papeles que están sobre su escritorio y vuelve la vista al chico.

—¿De casualidad eres Clay?

—¡Sí! Mi nombre artístico es Dream y si no fuera molestia me encantaría que me llamarán así.

—Bien, Dream. Busca un asiento libre y si no hay puedes ir al aula de al lado. Supongo que si te han puesto en esta aula es porque tienes un nivel avanzado, así que no me decepciones. Bienvenido a la mejor clase de la mejor academia de arte de Londres. El día de hoy estábamos hablando del romanticismo. Te aconsejaría que tomaras apuntes.

Dream ve justo un asiento vacío y está por sentarse cuando llega a reconocer a George. Le sonríe cuando encuentra a George viéndole y este le da una media sonrisa.

No duda en llevar su mesa hacia el asiento detrás de George para al menos tener a un amigo. No eran amigos, pero lo conocía más tiempo a George que al resto.

George no le tomó mucha importancia al chico nuevo. Puede que lo hayan puesto en la mejor clase, pero no por eso significaba que era mejor que él.

—Oye —lo llamó Dream en voz baja—. ¿Cómo te llamas?

—George.

—Mira, George. He hecho un dibujo de nosotros.

Dream le extiende su libreta y se ve dos personitas de palitos como los que dibujaban los niños pequeños. George intentó mantenerse serio aunque por dentro de estaba burlando de Dream. ¿En serio habían metido a ese chico a la misma clase que él?

—Está... lindo —dice devolviéndole el dibujo.

El profesor termina de explicar la teoría y da las últimas indicaciones para comenzar con la parte práctica.

George está en lo suyo como siempre. Intenta enfocarse en su propia pintura, pero cada vez es más difícil porque su curiosidad cada vez aumenta teniendo a Dream al lado. ¿De verdad era tan bueno para estar ahí?

—¡WOW! ¡Pintas hermoso! Los colores que usas son muy espectaculares. Es como si estuviera drogado —le dice Dream maravillado por su pintura y el profesor lo calla al romper el silencio.

—Gracias —dice George orgulloso.

Le da un pequeño vistazo a la pintura de Dream. Está en blanco. George esboza una sonrisa burlona. Obviamente había sido un error que lo hayan puesto a Dream ahí. Algo importante era aprovechar el tiempo, ya que era muy corto, y Dream parecía no saberlo.

—¿No vas a pintar?

—Aún no sé qué quiero pintar.

—Suerte —dice George fingiendo ser amable.

Colorblind [Dreamnotfound]Where stories live. Discover now