Capítulo 3

358 59 44
                                    

Despierta con el sonido de su despertador. Tiene un horrible dolor en el cuello a causa de dormir en su escritorio por andar buscando cómo transmitir algo en sus pinturas, después de todo ni siquiera lo había entendido. Golpea su rostro contra su teclado hasta que se da cuenta que ya era tarde y era su cuarta sexta alarma del día, por lo que iba atrasado una hora para su clase.

—Mierda, mierda, mierda —murmura, mientras corre de un lado a otro para guardar sus cosas en su mochila, mientras intenta ponerse el uniforme.

Corre rápidamente hacia la cocina, donde encuentra a su familia tranquilamente desayunando.

—¿Por qué nadie me despertó? —pregunta irritado, mientras toma una tostada que se la lleva a la boca directamente.

—No estamos pendientes de toda tu vida, George —responde su madre.

Claro, pero si estuviera por llegar tarde a la academia de artes seguramente si hubieran estado muy pendientes. Su familia era una reverenda mierda.

Sale de su casa y se echa a correr, porque el autobús escolar lo ha dejado y no le queda de otra.

El día había comenzado mal, pero no por eso sería un mal día. Nada podría hacerlo peor. Iba a llegar demasiado tarde, ni siquiera había hecho sus deberes, la tostada no era suficiente para matar su hambre y ahora tenía que ir caminando a la escuela.

Pero claramente que podía salir peor.

Llega a la escuela y el profesor no lo deja pasar a su clase por llegar tarde. Como si a alguien de verdad le importara.

Apenas el profesor acaba su clase, entra sin mirar a nadie. Estaba enojado con el mundo y lo último que quería era socializar.

—¡Hey, yo te conozco! —escucha una voz hacia su dirección.

Levanta la mirada y se encuentra con Dream.

—Tú otra vez —murmura entredientes—. ¿No te cansas de seguirme? ¿Primero mi academia y ahora mi escuela? ¿Qué sigue, vivirás también en mi casa, dormirás en mi cuarto, usarás mi cama?

—Lo siento. No era mi intención molestarte. Me asignaron a esta escuela y ayer había visto un anuncia de la academia de artes y quería probar, pero no te preocupes, tengo mi propia casa, mi propia habitación y mi propia cama.

—Me da igual.

—¿Tuviste un mal día?

—¿Tú que crees?

—Lamento que haya sido un mal día. ¿Quieres que te traiga algo de la cafetería?

—No.

—Bueno... ¿me puedes decir al menos dónde está la cafetería? Quería ir, pero tengo miedo a perderme y pues... tú debes conocer mejor la escuela que yo y ya que somos amigos supuse que no te molestaría.

—¿Desde cuándo somos amigos?

—¿No lo somos? Lo siento. Es que como hablamos ayer pensé que sí lo éramos.

—¿Siempre hablas tanto?

—Lo siento. Me gusta hablar mucho.

—Ya me di cuenta. Deberías hablar con alguien más que sí esté dispuesto de enseñarte la cafetería.

George intenta dormirse sobre su mesa, pero por alguna razón no puede. Levanta su vista y ve que Dream sigue ahí viéndolo.

—¿No ibas a ir a la cafetería?

—Se me quitó el hambre. ¿Hoy irás a la academia?

—Voy todos los malditos días —dice George cansado de que Dream le quiera meter tema de conversación.

—¿Y te gusta?

—¡La adoro, doy mi vida por esa academia, me he preparado años y me sigo preparando día a día, porque amo el arte, el arte es mi vida! —grita molesto.

—A mí también me gusta el arte. Es divertido.

—El arte no es divertido.

—Para mí lo es. Es como una distracción, una fantasía... pero a la vez es real. ¿Piensas dedicarte al arte toda tu vida?

—¿Tú que crees?

—Creo que serías un buen médico.

George intenta respirar profundamente. No tenía que hacer un escándalo, pero le estaban colmando la paciencia.

—Te voy a dejar las cosas claras, porque parece que eres muy tonto que no entiendes. Vengo de una familia de artistas con reconocimientos internacionales, hago arte desde que tengo uso de razón y siempre he sido el mejor entre mis pares, desde que nací estuve destinado a ser artista y eso es lo que mi familia espera de mí. Así que no esperes ser mejor que yo, porque nunca vas a lograrlo.

—No te preocupes. No creo que el arte sea una competencia. El arte es una forma de expresarse por lo que no hay arte malo o arte bueno.

—No opino igual. Hay cosas que simplemente ni se deberían considerar arte de lo malas que son.

—Te lo tomas muy en serio.

—No es mi culpa que para ti todo sea un juego.

—Hey, tranquilo. Sé que despertaste de malas, pero eso no te da derecho a tratar mal a los demás. No quiero ser tu competencia, solo quiero ser tu amigo. Tenemos muchas cosas en que común y será divertido tener un compañero como tú. ¿Qué opinas?

Dream le extiende su mano.

—No, gracias. Las amistades son una perdida de tiempo.

—Y una gran fuente de apoyo. Sé que no tengo tanta técnica como tú, pero puede ayudarte a transmitir algo con tus obras. Juntos seremos un dúo imparable.

Dream no deja de extender su mano.

—Vamos, George.

—Desconfío de tus intenciones, así que no.

Colorblind [Dreamnotfound]Where stories live. Discover now