Capítulo 9

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A los pocos minutos aparece nuevamente Dream, esta vez sin los mellizos y se para al lado de George.

—Karl y Tina son agradables —admite Dream.

—Para ti todos son agradables.

—¿Por qué no te llevas bien con ellos?

—No tienen talento ni se esfuerzan por fingirlo bien. Son una farsa en el mundo del arte. Todo lo que tienen es por sus padres y nada más que ellos. Al menos yo tengo talento.

—Yo no creo que tenga talento, solo practiqué lo suficiente para ser considerado bueno.

—Es una lástima.

El padre de George se acerca a este para avisarle que ya van a retirarse.

—Ya es un poco tarde, ¿no? Llevemos a tu amigo a su casa antes de que sus padres se preocupen.

—No es necesario, señor. Yo puedo irme solo.

—Insisto en que te llevemos, después de todo te trajimos hasta aquí.

—Muchas gracias, señor.

Después de explicarle al padre de George donde vivía, el camino fue silencioso en la parte trasera del auto. George parecía tan enfrascado en sus pensamientos que no emitía sonido alguno, mientras que sus padres no dejaban de hablar en la parte delantera sobre todas las obras, bien halagándolas o criticándolas.

Lo dejan al frente de su casa y Dream intenta pensar en una excusa por haber llegado demasiado tarde esta vez. Intenta ser silencioso cuando entra a su casa, tal vez así nadie lo notaría.

—¿Cuál es tu excusa ahora? —su padre lo sorprende, apenas intenta subir al segundo piso.

—Un amigo me invitó a una exposición de arte.

—¿Y preferiste ir a perder el tiempo en es cosa de arte que terminar tus deberes?

—Los haré mañana.

—Tienes que ser más responsable, Clay. No puedes descuidar tus estudios por tonteras como el arte.

—Amo el arte, papá. No me lo puedes quitar.

—No te pido que dejes el arte, te pido que te centres en tus estudios, porque eso será lo que te dará de comer en el futuro. ¿Cómo piensas ingresar a una buena universidad con esas calificaciones tan bajas?

—Tal vez no quiero ingresar a la universidad... tal vez quiera vivir del arte.

—Deja de hablar tonterías y ve a dormir.

Dream suspira y sube a su habitación. Por más que intentara hacerle entender a su padre que quería dedicarse al arte este nunca le entendía, esperaba que al menos su madre fuera más comprensiva.

Al menos George la tenía más fácil, sus padres lo apoyaban e incluso sus docentes de la academia lo impulsaban a mejorar y a trabajar en equipo para tener un mejor desempeño. George había nacido para ser un artista y él... a él solo le quedaba desear que sus padres no se interpongan en sus deseos del futuro.

...

—La familia Jacobs vendrá a cenar el fin de semana —avisa su madre—. Espero que esta vez no ignores a los mellizos como haces siempre.

—Si no fueran tan engreídos tal vez me agradarían un poco.

—No puedes hablar de engreídos cuando te hemos dado y te seguimos dando todas las posibilidades para que seas un gran artista. Muchos desearían estar en tu lugar.

—No podré estar en la cena el fin de semana, ya tengo otro compromiso.

—No tienes que ir a la academia los fines de semana.

—No es sobre la academia. Había olvidado decirles que Dream me había invitado a salir.

—Pues dile que venga a la cena, parece haberse hecho muy buen amigo de los mellizos.

—No quiero estar con los mellizos, quiero que por al menos un segundo de mi vida se deje de hablar del arte. ¡Estoy cansado de que mi vida solo sea arte y más arte! ¿¡No saben hablar de otra cosa!?

—¿Ahora qué pasa, George? ¿No quieres dedicarte al arte o estoy entendiendo mal tu rabieta?

—Claro que quiero dedicarme al arte. ¿A qué más me podría dedicar? Solo quiero un respiro de todo esto.

—Lo tendrás cuando te lleves bien con los mellizos. Hasta entonces tus únicos pensamientos pueden ser referidos al arte.

Y lo odia. Odia que su vida haya estado destinada desde el momento en que nació. Odia no haber tenido otra opción que dedicarse al arte y no es que no le guste el arte, porque es bueno en ello y le gusta ser el mejor. Solo quería tomarse un descanso y ver a su alrededor todas las maravillas que se estaba perdiendo.

A veces pensaba que Dream la tenía más fácil. Probablemente sus padres nunca lo habían presionado a dedicarse al arte o probablemente tenía más opciones a las cuales apuntar.

...

George ayudaba a su madre a arreglar la mesa con los preparativos para la cena con los Jacobs, mientras que su padre discutía consigo mismo sobre cuál era el mejor vino para la ocasión, cuando escuchan sonar el timbre y los tres corren a recibirlo.

—¡Qué alegría verlos nuevamente! —exclama su madre, mientras invita a todos a entrar.

George evita cualquier contacto visual con los mellizos y se dedica en solo saludar al señor y señora Jacobs. Lastimosamente evitarlos no significaba que ellos también lo evitaran.

—George, querido mío —se lanza Karl a abrazarlo—. Fue una lástima hablar tan poco en la exposición. Tina y yo estamos tan emocionados por verte de nuevo, aunque nos hubiera gustado ver a tu amiguito.

—No es mi amigo y no tiene razón para venir.

—Karl me dijo que Dream le parece muy lindo, pero le dio vergüenza pedir su número —menciona Tina.

—¿Y a mí qué?

—Puedes darme su número.

—No lo tengo.

George se da media vuelta para terminar de ayudar a su madre. Solo tendría que aguantarlos unas horas y probablemente después no los vería hasta el año siguiente.

Colorblind [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora