Trece 💖

2.7K 222 0
                                    

El resto de la tarde pasó muy deprisa. Sakura regresó a la cocina sintiéndose como
si hubiera superado una prueba de resistencia, y después hizo un pequeño descanso antes de ponerse a trabajar.

Cuando regresó al comedor, Sasuke ya se
había marchado. A las cinco, cuando llegó el personal del turno de tarde, Sakura, que
estaba agotada, se marchó encantada. A pesar de que deseaba ir directamente a su habitación, decidió ir al
supermercado a comprar algunas cosas.

De camino hacia allí, pasó por delante de
la piscina del hotel y recordó lo mucho que la relajaba nadar. Así que, cuando vio un bikini de color rosa en el escaparate de una tienda, se lo compró.

Puesto que había pensado que sólo se quedaría allí un par de días, no había llevado nada más que algunas mudas y, por supuesto, no se le había ocurrido meter un bañador en la
maleta. Pero por mucho que deseara meterse en la piscina nada más llegar al hotel, pensó que primero debía asegurarse de que a Sasuke no le importaba que utilizara la piscina.

Mientras se comía una ensalada de pollo y admiraba las vistas de Konoha desde la terraza, no podía evitar preguntarse dónde estaría él aquella noche. ¿Cenando?

Probablemente, y ella dudaba de que estuviera solo. Lucia había mencionado que él no solía cenar en el hotel, así que quizá había
llevado a su cita a otro lugar más íntimo. No era que a Sakura le importara.

Sólo se lo preguntaba porque no sabía lo que él había planeado para ella al día siguiente, y no estaba acostumbrada a vivir así. El sonido de un teléfono interrumpió su pensamiento. ¿Provenía de la habitación contigua? Ni siquiera se había fijado en que hubiera un teléfono allí, pero suponía que debía de haber uno en algún sitio.

Siguió el sonido y encontró el aparato en una mesa de la habitación.
–¿Diga? –sólo había dos opciones. Nadie, excepto Sasuke, sabía que estaba allí, así que o se habían equivocado o....

–¿Dónde estabas?
Era él. Su voz la hizo estremecer. Ella se apoyó contra la pared. ¿Cómo que dónde estaba? ¿Qué tipo de pregunta era ésa?

–Trabajando, Sasuke. Me has contratado ¿recuerdas?
–Después.
–¿Qué quieres decir con después? no he terminado hasta pasadas las cinco.

–Y son las siete y media. He intentado llamarte.
–Fui de compras. ¿Debía informarte de que iba a salir del edificio?
–No seas ridícula.
«Mira quién habla», pensó ella.

–Tengo que comer, Sasuke, ¿o has vuelto a olvidarlo?
–¿Y quieres decirme que no te ha tentado ninguna de las boutiques que hay por el camino?
Sakura se sentía furiosa por el hecho de que él tuviera razón, y notó que se le sonrojaban las mejillas.

–En cualquier caso, por eso intentaba hablar contigo. Voy a pedir que te suban la cena. No volveré hasta mañana por la noche.
–Gracias, pero ya he cenado.

Sasuke permaneció en silencio un instante, como si no estuviera acostumbrado a que le cambiaran los planes. Después, comentó:
–Mañana, Lucia te hablará, entre otras cosas, de lo importante que son los productos de temporada en nuestros menús. Y por la tarde asistiremos a un
evento.

–¿Qué tipo de evento?
–Al Harvest Ball.
El Harvest Ball era un evento de renombre internacional, como si fueran los Oscars del sector hotelero y de la restauración.

–¿Y eso cómo beneficia a mi formación, Sasuke? No es más que una fiesta.
–Si eso es lo que crees, precisamente por eso debes atender. En realidad es un evento en el que el trabajo se esconde bajo la apariencia del placer. Será muy beneficioso para ti.

«¿Trabajar bajo la apariencia del placer? Una buena descripción», pensó Sakura.
–¿No dificultaré tus negociaciones?
–Todos los hombres saben que tener una bella mujer a su lado es una herramienta muy útil... Regresaré a tiempo para recogerte a las ocho.

–No tengo nada que ponerme.
–Sabía que no tardarías en comentarlo, bella. Lo tendrás, te lo prometo.
¿Recuerdas lo que aprendiste anoche? Debes tener paciencia.
Y tras esas palabras, colgó el teléfono.

Amante Mía  ~SasuSaku ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora