ℓονє αℓαям. [ϐєοмнγυи]

07

TaeHyun y Sakura habían salido al centro comercial (a petición de Sakura, claro). El menor iba solamente viendo su celular a cada lugar que iban y tampoco le prestaba atención a lo que Sakura decía. Sakura, aparte de amar la carrera de maestra, amaba la moda, desde niña siempre le hizo sus ropitas a las barbies que santa le daba en navidad.

Sin olvidar que cuando se enteró que santa no existía hizo un berrinche que TaeHyun no entendió.

—Tae, ¿tú qué opinas? —Dijo viendo a su hermano que nuevamente, no le había hecho caso para nada—. ¡TaeHyun! te estoy hablando.

—¿Qué?

—Te estoy preguntando que opinas. ¿Puedes dejar de ver tu teléfono y ayudarme?

—¿Para qué? sabes que yo no soy bueno en la moda.

—¿No te cansas de mentir? sabes bordar, tejer y costurar, ¿cómo no vas a saber de moda? —Lo miró—. Mira, ten. —Le entrego unas cuantas telas—.

—¿Me trajiste de guarda ropa o qué?

—No, es para que me ayudes, mira cuántas bolsas tengo yo y mira las que tú tienes. —Dijo mirándolo—. Luego iremos a la estética.

—Te dije que no, yo me iré.

—Te vas a quedar, ¿okey? estoy a cargo de ti, además, no me gusta que estés solo tú en la casa cuando mamá y papá no están.

—Como si les importara que estuviera solo. —Dijo acomodando las telas en sus brazos—.

Sakura logro escuchar lo que TaeHyun dijo y lo miró con preocupación.

—Hola, buenas tardes, soy Kang Sakura, tengo una cita para dos para hoy. —Dijo a la señorita de la recepción—.

—Claro, por aquí. —Dijo sonriendo amablemente—.

Sakura apuró a TaeHyun para que este avance. TaeHyun no quería hacerse nada en el pelo o lo que sea que tenga pensado hacer Sakura.

TaeHyun se sentó junto a su hermano en una de esas sillas en donde te preparan para cortar pelo.

Temió por su vida.

—TaeHyunnie... ¿No quieres un cambio de look? —Preguntó su hermana con los ojos cerrados mientras le daban un masaje en el cuero cabelludo—.

—Te dije que los cambios de look no son para mí. —Dijo TaeHyun mirándose por el espejo—.

—Has tenido ese cabello desde que naciste, es momento de probar algo nuevo. —Dijo sonriendo—.

—No quiero pintarmelo aún.

—Tranquilo. Será simple, te harán mechas blancas y te lo cortaran un poco más, confía en mí, te gustará. —Dijo sonriendo—.

—Confío en ti... —Dijo con algo de temor—.

Al momento, sintió como le ponían la capa alrededor de su cuello y cayó por su cuerpo hasta llegar a sus rodillas.