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Narrador Omnisciente:
habian pasado un par de días en aquel campamento, realizando actividades y juegos planeados por los docentes de su institución. Por su lado, Yoongi evitó el contacto con cualquiera de sus compañeros de clase, demasiado decaído como para soportar las tonterías de muchos de ellos. Especialmente a un pelinaranja de apellido Park, cosa realmente complicada al tener que compartir cabaña. Jimin encontró raro el comportamiento de su querido hermanastro, pero a pesar de sus intentos por acercarce a él, este hacia todo lo posible por esquivarlo y evitarlo, durmiendo en la cabaña de alguno de sus amigos más cercanos con tal de no estar cerca de él. Esa actitud lo desconcertó mucho, pero aun así lo dejo pasar. Confiando en que podría arreglar cualquier asunto con él cuando vuelvan a casa.
Finalmente, al termino del tercer día en aquel campamento, todos los alumnos participantes prepararon sus maletas para partir de vuelta a la institución mañana por la mañana. Hoseok se acercó a su mejor amigo en cuanto lo vio salir de su cabaña con su maleta colgando de su hombro, tomando su brazo entre los suyos, sonriendole alegre.
- Buenos días, estrellita. ¿Nos sentamos juntos en el bus?.- Cuestionó mientras acariciaba sus cabellos nuevamente negros, importandole poco que cambiarlo seguido podria dejarlo calvo.
- Como quieras.- Murmuró con aburrimiento, encogiendose de hombros mientras acomodaba su maleta sobre su hombro, dejandose llevar por su alegre compañero quien tiro de su brazo hasta que ambos llegaron al monton de adolescentes formando una fila delante de la entrada al trasnporte.
Ya dentro de este, Yoongi se sentó al lado de la ventana, observando el exterior mientras se colocaba sus audifonos, conectandolos a su celular para reproducir algo de musica y tratar de descansar durante el viaje de regreso. Jung lo observó de reojo, las esquinas de sus labios cayendo ligeramente al visualizar sus ojeras y ojos cansados mirando a la nada con una serena expresión, le entristecía ver a su lindo amigo tan desanimado y perdido. Sin dudarlo más, tomó ligeramente la cabeza de su amigo entre sus manos para hacer que apoyara esta sobre su hombro, sonriendo cuando lo escuchó suspirar cómodamente, abrazandose a su brazo con los ojos cerrados sin decir nada más.
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