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Cuando se cambio yo estaba en la cama viendo el móvil, hasta que sentí como martina se me tumbaba encima, no pesaba casi nada por lo que no me importó. Deje el móvil y empezé a hacerle caricias en la espalda. Estuvimos así por 1 hora hasta que sonó mi alarma para ir al entrenamiento. Cuando hice un amago de levantarme martina se aferró más a mi abdomen.
‌-nooo.... Estoy muy bien así.- me dijo ella mirándome. Me morí de ternura y solo pude besarla.
-princesa, hay que ir al entrenamiento, luego te prometo que soy todo tuyo- le dije mientras le acariciaba las caderas. Ella me miró y acerco su cara a la mía.
-lo prometes?- me dijo sin apartar su cara de la mía.
-lo prometo- le prometí antes de juntar nuestros labios.

Amor InesperadoWhere stories live. Discover now