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Cuando termine de vestirme fuimos al coche, donde, como es usual, había paparazzis, y al verme con martina se volvieron locos a hacernos fotos y preguntas. Yo no respondí a ninguna, solo cogí de la cintura a martina y fuimos más rápido al coche. Al hacer esta acción los paparazzis ampliaron a mi mano en su cintura y empezaron a hacer fotos. Una vez en el coche, martina iba de copiloto y yo conduciendo. Martina puso música y yo aproveche para poner mi mano en su muslo, pude ver por el rabillo del ojo cómo sonreía. Cuando llegamos, los paparazzis empezaron a hacer fotos en cuanto salimos.

Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora