A el Sultán le gustan rubias o eso dicen los rumores.
- Será difícil acabar con Kosem y aún más con Aynur, después de todo yo misma la eduque - la Sultana Halime dijo observando la vela.
¿Qué mejor que una bruja para luchar con otra bruja?
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¿Mi historia?... mi historia fue tallada en piedra y escrita con sangre, fue magnánima y esplendida; fue cálida y suave. Soy Aynur, Aynur Sultan y hoy les contaré mis memorias.
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Hice una reverencia, mi cabeza en todo momento se mantuvo baja, me prohibieron mirar a estas personas a la cara, ellos son la realeza en este lugar, me encojo de hombros al sentirme observada, unos dedos fríos se adueñan de mi mentón obligándome a mirar a la bella mujer frente a mi, ojos grises y misteriosos, me analizaron.
Cuando la mujer se aleja puedo respirar con tranquilidad, la ansiedad se hace presente. Cennet Kalfa dijo que si era del agrado de la Sultana podría tener una vida tranquila pero nunca mencionó que pasaría si no le agradaba.
Podia sentir mis escuálidas piernas temblar bajo la horrible ropa que me han dado al llegar.
- Me gusta - una voz infantil y femenina dijo.
Por un instante quise sonreír, aquello era bueno para mi ¿no?. Las puertas de los aposentos fueron abiertas, podía escuchar los pasos detenerse a mi lado antes de continuar su camino.
- Bienvenido mi León - una voz suave dijo.
- Madre - habló quien entró a los aposentos, voz masculina y profunda.
- ¡Hermano! - las palmas de mis manos pican por ver la escena frente a mi, algo me decía que era hermosa.
- Mustafa, mi Príncipe valiente - la risa infantil sonó en el lugar - Dilruba, mi hermosa hermana -
- Mira hermano, ella será nuestra nueva criada ¿no te gusta? Porque a mi si - la tierna e inocente voz dijo.
Desde mi lugar me sentía nuevamente observada, mordí mi labio inferior tratando de mantener la compostura y alejar los nervios de mi cuerpo.
- ¿Cómo te llamas? - la Sultana preguntó.
- Mariana, su excelencia - dije tratando de mantener mi voz firme.
- Necesitas un nuevo nombre - nuevamente los dedos fríos sostuvieron mi mentón - Serás Fátima - una sonrisa se posó en su rostro, además de bonita, grita peligro - Ayuda a Menekseh a preparar la mesa, esta noche cenaremos con nuestro Şehzade Mahmud - la Sultana ordenó.
