A el Sultán le gustan rubias o eso dicen los rumores.
- Será difícil acabar con Kosem y aún más con Aynur, después de todo yo misma la eduque - la Sultana Halime dijo observando la vela.
¿Qué mejor que una bruja para luchar con otra bruja?
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- Shh - Yesin miró a su alrededor con cautela - El Sultán sufrió un ataque, su León, dicen que lo han liberado a propósito - susurró.
- ¿Qué? ¿El Sultán está bien? ¡Yesin! - la rubia dijo alterada.
- Niña, ten paciencia - la castaña respiró profundo.
- Tenemos prácticamente la misma edad, no me digas niña y contesta por Allah -
- Está bien - rodó los ojos irritada - Pero la Sultana Handan a de estar presente, ten cuidado - aconsejó.
- Lo tendré -
- Ahora eres la favorita del Sultán - Yesin relamió sus labios - Ve con tu Sultán - palmeó con brusquedad el hombro de la rubia.
- Gracias por decirme - Fátima sonrió con honestidad.
Luego de despedirse la ahora Gozde; la nueva favorita del Sultán se encaminó a la hosada de su majestad, si Yesin dijo que el Padisha está bien, sin embargo, no podía quedarse con las dudas.
Fátima hizo una reverencia ante la Sultana Handan.
- Sultana, Sultán - dijo con sus ojos en el piso.
- Fátima bienvenida - Ahmed sonrió al ver a la hatun.
- Deberías estar en el harem - la Sultana dijo con mirada filosa.
- Disculpe mi atrevimiento, solo quería ver a su majestad - la rubia dijo con suavidad.
- Ya lo haz visto, ahora puedes retirarte - dijo la mujer simple.
- Madre, por favor - Ahmed suspiró - Tu precencia me fortalece - el joven Sultán sonrió.
Después del disgusto y el susto ante el peligro, estar con la Gozde simplemente lo hace sentir mejor, una de los tantos efectos que tiene su rubia amiga en él.
***
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Cubrí con mi cuerpo a la joven Sultana, me mantuve en la misma posición a la espera de que las personas que transitan en ese momento pasarán, solté un suspiro a la vez que recaudaba el paso, di una rápida mirada a la Sultana Dilruba, sus expresiones asustadizas y quien no lo estaría.